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El empréstito de dos mil 500 millones de pesos que pedirá el Gobierno de Adán Augusto no sólo es necesario, es urgente. Está sustentado en la importancia de cumplir los compromisos de la administración estatal en la parte final del año, en medio de una crisis sanitaria y económica sin precedente.
Estos dineros servirán, además, para garantizar la estabilidad del Gobierno morenista en momentos en que la pandemia ha puesto de cabeza las finanzas públicas de todos los estados del país.
El mandatario estatal ha recibido diversas críticas de una oposición que aprecia un endeudamiento injustificado.
Aún con las preferencias políticas diferentes, la oposición debe entender que el préstamo por dos mil 500 millones de pesos servirá para cumplir con los pagos de fin de año y las prestaciones de la clase trabajadora al servicio del Gobierno. Por lo tanto, es el momento de sumar esfuerzos encaminados a evitar que crisis registradas en otros sexenios vuelvan a repetirse.
También es verdad que la necesidad de pedir más dinero prestado debe mover a que el Gobierno retome el diálogo abierto con la oposición y con los sectores económicos. El propósito debe ser trabajar todos juntos, porque el reto de reconstruir la economía estatal requerirá de la aportación colectiva.
La decisión del Gobierno de Adán en no esperar a que los recursos federales lleguen al estado hasta finales de diciembre parece la más acertada desde el punto de vista político y económico. Esperar a que el flujo normal de recursos llegue hasta el 30 de diciembre, cuando ya venció el plazo para pagos de aguinaldos y proveedores, sería una insensatez.
Se entiende que los opositores critiquen el nuevo empréstito, porque ya hubo uno similar en 2019. Lo que no se entendería, en todo caso, es su falta de solidaridad con la clase trabajadora al servicio del Gobierno estatal.
Después de todo, paliar el efecto de la emergencia sanitaria y el impacto sobre la economía y el empleo es un desafío que requiere de una acción conjunta de todos los tabasqueños.
: CON EL PIE IZQUIERDO
Al dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, MC, Juan Alonso Huerta, no le cayeron muy en gracia los fuertes señalamientos del exsecretario particular de Arturo Núñez Jiménez en contra del diputado Gerald Washington Herrera.
Todo comenzó cuando el diputado local del PRI pidió juicio político contra Núñez, a lo que Francisco Iván García González respondió que no tiene calidad moral para exigir eso. Luego le acusó de haber tenido un mal desempeño como alcalde y además aseguró que «es buscado por diferentes organizaciones por estar vinculado a temas no lícitos». Vaya, vaya.
Ante ello, el dirigente de MC le pidió a García González retractarse de sus palabras y ofrecer una disculpa al diputado Gerald Washington Herrera; algo que hasta ahora no ha sucedido.
Extraña lo sucedido en el seno del MC porque Francisco Iván apenas se había estrenado como nuevo integrante del partido de Dante Delgado Ranauro. Por desgracia, parece haberlo hecho con el pie izquierdo.
A ver cómo se resuelve este incidente que no ha dejado muy bien parado al exsecretario particular de Núñez; no tanto por lo que dijo sino por la postura del presidente de su propio partido, quien busca reconstruir un MC competitivo rumbo a 2021 y donde irán solos como alternativa frente a los electores.
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