Lo que ha dicho el vocero del Ayuntamiento de Centro, Juan Carlos Castillejos, es muy de tomar en cuenta. Denunció la existencia de una estrategia de desgaste en contra de la administración municipal encabezada por el morenista Evaristo Hernández.
Dijo que tirar jabón en las fuentes de Villahermosa y robar las tapas de plástico del sistema de alcantarillado es muestra de que se busca boicotear el trabajo del Ayuntamiento de Centro.
La gran pregunta es; ¿de dónde viene este boicot organizado por medio de actos vandálicos en perjuicio de la infraestructura del Municipio? Por ahora no dio alguna pista sobre de dónde provienen estas acciones, pero, sin duda, se trata de un hecho inédito en la administración municipal y estatal.
Pensar, por ejemplo, que hay algún tipo de guerrilla citadina contra el alcalde de Centro es algo que no se había escuchado jamás en el ejercicio público. Por lo mismo es algo que sale de la normalidad política de Tabasco.
Hasta ahora, la lucha de los grupos políticos se había circunscrito, precisamente, a la arena política. Señalamientos públicos contra el gobernante en turno, maniobras partidistas para atajar el avance de los adversarios, acotamiento del mayor número de delegados municipales. Incluso hasta actos de eliminación directa de los competidores.
Todo ello, incluyendo los hechos más deleznables, era parte de la encarnizada lucha política que a veces se libra. Pero enterarse ahora de que hay grupos encargados de sabotear las instalaciones de la ciudad, esto sí que es algo que no se había sabido antes.
Hasta ahora, los actos de sabotaje han sido de medianía. Es decir, tirar jabón a las fuentes y robarse las tapas de las alcantarillas no va a poner de cabeza a Villahermosa. Sin embargo, estas acciones pueden ir subiendo de tono y nadie sabe, bien a bien, qué niveles podrían alcanzar.
Si bien el vocero Juan Carlos Castillejos ha hablado de presentar una denuncia contra quien resulte responsable por lo sucedido este fin de semana en la fuente La Diana Cazadora y de los Niños Traviesos, el trasfondo es lo que preocupa. Porque habla de un interés directo en afectar, no sólo la imagen pública del alcalde sino su futuro político y la marcha de la administración.
El ejercicio de Evaristo no ha estado exento de obstáculos. En general, ha enfrentado escollos en su proyecto de modernización de la ciudad. Se le ha puesto toda una serie de trabas que han impedido que la ciudad salga del atraso de los últimos trienios.
No se le permitió cambiar de sede al Ayuntamiento, no se le ha dejado avanzar en la mejora del servicio de agua potable. Tampoco en la renovación del drenaje de la ciudad. Parece que hay grupos interesados en que las cosas sigan igual, aunque ello implique el perjuicio de todos los ciudadanos.
A pesar de esto, Evaristo ha avanzado en varios renglones de importancia y al final de su gestión habrá tiempo de hacer un balance mesurado y alejado de fanatismos partidistas o personales.
Por lo pronto, se ha exhibido esa estrategia de desgaste al dañar la infraestructura del Municipio. A sus contrincantes no les ha bastado que el alcalde diga que no irá por algún cargo de elección en 2021, que terminará su administración. Sus adversarios quieren verlo en la lona. ¿Por qué?