FRANJA SUR

La pobreza ideológica tocó las profundidades del abismo desde hace tiempo en nuestro México, por lo que, al ya no ser tomada en cuenta su formación política, cualquier fulano puede ser candidato en cualquiera de los partidos existentes en el país.

Por si con eso no bastara para desmoralizar al electorado exigente, al que razona su voto, el descrédito de sus gobiernos es otra pesada loza en las espaldas de los partidos políticos.

En el caso Tabasco, la competencia real será entre las tres fuerzas políticas: Morena, PRD y PRI que, como siglas, las tres tienen sus inconvenientes ante el ojo ciudadano.

Fresco en la memoria aún está el desastroso gobierno que encabezó el perredista Arturo Núñez Jiménez, sobre el que pesan acusaciones graves sobre los manejos financieros en el que aún no son solventados alrededor de 4 mil millones de pesos, con demandas penales de por medio.

De este modo, en las campañas el PRD arrastrará la mancha del nuñismo, cuando no se ve en la dirigencia emprender táctica alguna para siquiera hacer el intento por separar el partido de la gestión de Arturo Núñez.

Porque si bien es cierto, en los hechos esas siglas están bajo el mando del senador, Juan Manuel Fócil Pérez, opositor al régimen nuñista en todo momento, pero no ha sabido desmarcarse de la mala fama que dejó Arturo Núñez en Tabasco.

Situación similar vive el PRI, pues la conclusión de su última administración al mando de Andrés Granier Melo, no fue la mejor, y, aunque él y sus funcionarios fueron absueltos de los delitos de supuestos malos manejos, que los llevaron a prisión, la mácula de un mal gobierno quedó flotando en el firmamento.

En este sentido, el PRI tiene trabajo por delante para salir a dar la cara y, exponer lo que haya que exponer, ante los ciudadanos de Tabasco.

Y, lo de hoy, son los sinsabores, decepciones, amarguras y hasta odio en contra de los gobiernos de Morena en tierras chocas, cuando en campaña las expectativas casi tocan el cielo, anunciando una transformación profunda que no ha sido vista en los hechos.

Lo más reciente son los gritos del silencio entre los burócratas de Tabasco que este fin de año, “por primera vez”, sufrieron y aún sufren el descuento en sus aguinaldos a causa del ISR.

Este es un infiernito que aún puede prender candela entre enero y febrero del próximo año, pues los sindicalistas están al tocar.

A esta acción calificada de canallesca, sume el abandono a empresarios, comerciantes y vendedores ambulantes durante la contingencia de la pandemia del Covid19.

Sin descartar la brutal inconformidad que dejaron en miles de familias no censadas a pesar de haber sido víctimas de las aguas, así como el vil desprecio a los ciudadanos en las oficinas de gobierno.

Podríamos citar más catástrofe y frustraciones que en el día a día siembran los gobiernos de Morena en Tabasco, de fallas grotescas e inconmensurables en los municipios, pero necesitaríamos más de una entrega. En síntesis, son más de lo mismo.

Así, grosso modo, este será el panorama para las elecciones de 2021, ni para dónde hacerse. El electorado, pues, tendrá que escoger y votar por el representantes que, en su opinión, sea el menos malo.

Por eso, consideramos que la del próximo año será una elección en la que se votará particularmente por el candidato, no por las siglas de partidos, esto es, el resultado lo marcarán los nombres, la calidad y capacidad de los abanderados que sean designados por los partidos políticos. Esa será la clave.

Ahí se las dejo.

Por René Alberto López

39 años de trayectoria en el periodismo, ejercicio que inició en su natal Cárdenas en 1981. Ha publicado en diversos medios de Tabasco, Campeche y Chiapas. Dos premios estatales de Periodismo en Campeche, y en Tabasco recibió el reconocimiento "De Periodista a periodista". Corresponsal del diario nacional La Jornada y de la agencia internacional France Press (AFP).