PARA USTED

Cuando pronunciaba sus discursos en campaña y buscaba la aprobación del electorado Andrés Manuel López Obrador, no se cansaba de recitar que si llegaba a ganar regresaría al ejército a sus cuarteles, porque las fuerzas armadas no estaban diseñadas para el combate a la delincuencia y los gobiernos en turno los ocupaban para tratar de que la milicia corrigiera lo que los civiles no podían solucionar.

Los discursos incendiarios y llegadores estaban plagados de buenos deseos y excelentes propuestas que eran aplaudidas a rabiar por quienes asistían a los mítines y concentraciones en donde se subió al atril como el líder social que México necesitaba.

Fueron 18 largos años que los mexicanos nos retacamos con sendas piezas de oratoria, que se convirtieron en realidad el 1 de julio del año 2018.

Ese día murió el líder social y nació el intolerante funcionario público, soberbio, arrogante y mentiroso, que piensa que todo un país es tarado o retrasado mental y que no tienen ningún derecho de pensar o razonar por sí mismo y mucho menos en conjunto.

Ya han transcurrido 2 años de que se entronizo como presidente de todos los mexicanos, pero hasta el momento el balance general de su quehacer gubernamental deja mucho que desear, por muchos factores; primero porque no supo elegir su gabinete, la primera renuncia de jerarquía fue de su tesorero Carlos Manuel Urzúa Macías, le abandono el cargo en el primer semestre de su mandato.

Ya antes se había marchado Germán Martínez del IMSS y Josefa González Blanco, de la Secretaria del Medio Ambiente y por lo consecuente llegaron a sumar 15 renuncias de funcionarios de primer nivel; por diferencias la mayoría; por no arriesgar su prestigio en una aventura que según ellos no les auguraba un final feliz.

Destrozó el sistema de salud al desaparecer el seguro popular, el cual les daba asistencia a muchos millones de mexicanos y a partir de la creación de su INSABI rompe con la atención  a menores con cáncer, y los deja a su suerte así como desarticular el Sistema Nacional de Vacunación (SNV), para improvisar con el ejército y los servidores de la nación un “Frankenstein”, que no tiene capacidad ni conocimientos necesarios para desarrollar un programa efectivo en estos tiempos de pandemia.

A tal grado ha llegado el fracaso sanitario, que ya tuvo que admitir que los gobiernos de los Estados, así como la iniciativa privada, participen en la adquisición y aplicación  de las vacunas de Covid-19, y de esa manera poder frenar el avance devastador que tiene la pandemia en nuestro país.

Y es que con toda proporción guardada, ni los militares ni los servidores de la nación tienen los conocimientos y prácticas para desarrollar un esquema tan complicado; sobre todo porque hay que brindarle seguimiento a quienes reciban sus dosis de inmunidad por los efectos secundarios que pudieran presentarse.

A principios del presente año, prestigiado diario digital publicó un reportaje donde, entre otra cosas, decía que: “En dos años de gobierno, Andrés Manuel López Obrador afianzó el proceso de militarización en México con 30 tareas asignadas al Ejército más otras misiones a la Secretaría de Marina, aunado a las funciones de Seguridad Pública que las Fuerzas Armadas comenzaron a operar desde 2006”.

“Fue el 24 de agosto del 2018, como presidente electo, que López Obrador matizó su promesa de campaña para regresar a las Fuerzas Armadas (FFAA) a sus cuarteles. En aquella fecha tuvo un encuentro con Francisco Vidal Soberón y dos días antes, acudió a una reunión con Salvador Cienfuegos Zepeda, titulares de la Marina y Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con Enrique Peña Nieto, respectivamente”.

“El tabasqueño argumentó que los mandos de la Sedena y Marina le habían ofrecido un diagnóstico de la seguridad en México. Agregó que entrevistarse con ellos era fundamental para saber qué funcionó y qué fue desechado, además, que sería irresponsable retirar a los soldados de inmediato, porque las policías locales no estaban funcionando”.

“Aunque entonces destacó que la presencia de los castrenses sería transitoria, en tanto se creaba y operaba una Guardia Nacional (GN), los mexicanos no sabían que ese periodo se extendería, de nueva cuenta, durante todo el sexenio”.

“Y aún más, tampoco era visible que el proceso de militarización del país se vería acentuado en dos años de mandato. Actualmente, las FFAA están enfocadas en la construcción de cuatro aeropuertos y tres tramos del Tren Maya; han remodelado hospitales, edifican bases de la Guardia Nacional y sucursales del Banco de Bienestar”.

“También han atendido el robo de combustibles; vendido cachitos para la rifa del avión presidencial; aportan árboles para el programa Sembrando Vida y, en la emergencia sanitaria, distribuyen la vacuna contra COVID-19”.

“Lo mismo reclutaron operadores de pipas que a personal médico o agentes de la GN; han vigilado la distribución de libros de texto gratuitos como la entrega de fertilizantes y de los programas sociales”, señala el reportaje, entre otros fragmentos. Juzgue usted, en consecuencia.

En La Línea de fuego**Debido al hacinamiento existente las instalaciones de la secretaría de Salud, en el centro administrativo de Tabasco 2000, pero específicamente en la Dirección Administrativa al mando de Manuel Marcué Díaz, mejor conocido como el “Virrey”, los brotes y rebrotes de coronavirus o covid 19 están a la orden del día, verbi gracia también, nos reportan, a que no se cuenta con la sanitización, ni con cubre bocas, gel antibacterial y otros enseres; además del confinamiento entre empleados con problemas de hipertensión, diabetes y otros males**así las cosas, se dio recientemente el fallecimiento de la CP Trinidad López Almeida, asignada al área de recepción de facturas; pero eso no es todo, reportan un nuevo brote de este mal que ya tiene en malas condiciones de salud, a por lo menos 5 empleados, que siguen llegando a trabajar, porque de no asistir, les tumban el día y hasta son amenazados de perder su chamba**Lo mismo sucedió en el área de Atención Ciudadana, donde tras luego de tres o cuatro meses de estar luchando contra este mal, volvió a resultar positiva la trabajadora de nombre Adriana Roche (se volvió a infectar)**

En La Línea de Golpeo**Las áreas de oficinas, no solo de la secretaría de salud, sino de las demás dependencias que hay en el centro administrativo de gobierno en Tabasco 2000, son espacios muy reducidos y muy pequeños que permiten el confinamiento y hacinamiento de todo el personal que ahí labora**los espacios no tienen ventilación natural, sino a través de los ductos del aire acondicionado, por lo que el aire se vicia y se encierra dispersando el mal**un pequeño síntoma de algún trabajador, de inmediato se expande el contagio por todas las áreas.

Los Malosos**Por cierto, la secretaría de salud estatal y el Ayuntamiento de Centro, están por intervenir, a solicitud de algunos padres de familia, en las oficinas de reclutamiento municipal del Servicio Militar nacional (SMN), ya que en dichas instalaciones, no hay medidas de higiene; ni control de la temperatura, ni gel anti bacterial para quienes llegan a realizar sus trámites de cartilla**supuestamente se repartían 30 fichas para evitar aglutinamiento de los jóvenes, pero la titular Erika Noriega, canceló este control y ordenó que todo el que llegue sea atendido por lo que eso parece una romería**además, Erika Noriega, no tiene empacho en alzar la voz y alertar a la gente que en las oficinas vecinas (Registro Civil), hay casos de personal enfermo de covid, que sigue llegando a trabajar como si nada, lo que está generando malestar entre el personal adscrito a estas áreas, ubicadas en la calle Morelos, esquina Progreso, en la colonia Atasta**el ayuntamiento y la Secretaría de salud, tienen la palabra, ante esta quejas de los padres que acompañas a sus hijos a realizar trámites diversos**hasta mañana Dios mediante.

Por Mario Gómez y González

El autor de PARA USTED es analista, columnista político, corresponsal nacional y reportero local, con más de 30 años de trayectoria periodística en varios medios impresos de gran trascendencia e influencia en Tabasco. Egresado de la UNAM en la carrera de Ciencias de la Comunicación; lector y publirrelacionista nato.