PARA USTED

En todo México, y muy particularmente en Tabasco (la bendita tierra presidencial), en política, se dice siempre lo que no se va hacer; y al final, se hace siempre lo que no se dice; regla y principio de oro muy importante, para atender el escenario actual de sucesos, de cara a un proceso electoral en dos vertientes; la federal y la estatal.

Históricamente, en todas las campañas de proselitismo electoral se promete de todo; pero cuando los candidatos ganan la elección y llegan al poder, se “especializan” en hacer todo lo contrario; total, ya nada ni nadie, les puede quitar el cargo o la curul; sino hasta el venidero proceso.

Para nadie es un secreto que en Tabasco, el ejercicio de hacer política y, especialmente, de ejercer el poder desde siempre, tiene que ver con el control de los órganos e instituciones que le dan la viabilidad a un gobierno y la gobernabilidad, para permanecer “sin sobre saltos”, en los espacios respectivos.

En otras palabras, tanto el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el gobierno federal, como en el estatal, el gobernador Adán Augusto López Hernández, quieren seguir siendo opción de gobierno y de ejercicio en el poder en sus respectivos ámbitos de competencia; es lógico que lo quieran hacer de esta forma; no es pecado; están en su pleno derecho.

Para ello, no han dudado, dudan o van a dudar, en hacer todo lo humana e inhumanamente posible para que su partido, siga llevando las riendas de sus administraciones; no están ni mancos, ni tullidos (cómo diría el clásico), porque, en la guerra como en el amor, todo se vale.

En ese sentido, todos los gobiernos meten las manos en los procesos electorales; son autoridad y por ello, ponen las reglas y condiciones; no son hermanitos de la caridad, ni están dispuestos (la verdad), hacerse el harakiri; son demócratas, pero no suicidas; les costó llegar al poder y, créanme, no están pendejos para soltarlo, así como así.

No hay gobierno; no ha habido y no los habrá, que no meta las manos por a favor de sus candidatos o abanderados (faltaba más); para ello, encabezan y/o son los principales protagonistas de la operación política; están al tanto de las encuestas; evalúan día a día las campañas; hacen reuniones en petite comité, para “ayudar”, a sus candidatos. Refuerzan estrategias y aprietan, a quienes tengan que apretar y por donde tengan que hacerlo.

Siguiendo con el caso que nos ocupa que es el de Tabasco, los gobiernos estatales y sus mandatarios respectivos, a lo largo de la historia, y particularmente en los últimos 50 años, se han caracterizado por no solo meter las manos en los procesos electorales, sino la nariz, la boca, los pies, los ojos y los oídos; el cuerpo entero y “algo más”, dentro de toda “fiesta cívica de la democracia”, que son las elecciones o procesos electorales.

Ya lo hemos apuntado en este espacio; las condiciones y escenarios no le son del todo favorables a los gobiernos morenistas en Tabasco; los resultados que han entregado durante los primeros dos o tres años de gestión, no convencen a nadie; por el contrario, tiene a los tabasqueños decepcionados, encabronados, hasta la madre, ante tanto valemadrismo, soberbia, ineptitud, ineficacia, ineficiencia y arrogancia.

El gobernador Adán Augusto López Hernández, lo sabe y está al tanto de todo esto; tiene sus datos y aunque no es él muy dado a interactuar o relacionarse con la población, ha palpado y sentido el repudio y el malestar de los tabasqueños, porque las cosas no están bien en la entidad; no se siente el apoyo presidencial, especialmente, en las condiciones para un mejor desarrollo local, empleos, inversiones, mejoría económica, por citar algunos rubros.

Sin embargo, el gobierno tabasqueño tiene varios elementos (muy valiosísimos), para hacer que las condiciones electorales y sus resultados les sean favorables, aun permitiendo que algunas posiciones lleguen a manos opositoras; tiene los programas federales; tiene a los cuerpos policiacos; tiene a un congreso dócil y entregado; tiene a su favor la “Ley Garrote”, tiene para sí, a las autoridades y tribunales electorales (IEPCT y TET), tiene al Fiscal para delitos electorales.

Tiene para sí, el gobierno tabasqueño, el manejo y uso discrecional de programas como el de Adiós a tu deuda, que es más ruido, que realidad (¿por qué no lo hicieron antes?); tiene sometidos a 15 de los 17 municipios de la entidad y, los dos restantes, no le representan peligro alguno y, lo más importante, la “cereza del pastel”, tiene dinero y arcas llenas para repartir y comprar, lo que tenga que hacerse; no olvidemos, que AALH, sabe operar; no es un novato.

Por eso, salir a decir que hay compromiso y acuerdos para no meter las manos en los procesos electorales, es una falacia; ni ellos mismos lo creen; al grado, que gobiernos opositores que firmaron ese pacto o acuerdo, se “colgarán” de ahí, para hacer y deshacer a sus anchas; pues, ¿a quién quieren engañar? (¡!! Carajo ¡¡¡), diría, el buen Ricardo “tuca” Ferreti.

En La Línea de Fuego**Muy cierto, Morena, como partido político no se le conoce ni tiene alguna estructura electoral oficial, propiamente dicha; tiene a los servidores de la nación que son funcionarios del gobierno emanado de su partido y que andan disfrazados con el traje de activistas políticos (piden votar por el partido en el poder, recordándoles a las gentes, que por Morena, tienen programas sociales y que si pierde, el partido, pierden sus apoyos) ; es lo que se llama, una estructura sin nombre; bien aceitadita y muy bien pagada, con recursos del erario público**pero, ¿qué importa eso o qué les importa a los partidos de oposición, si la misma autoridad estatal, los tiene sumidos en un caos interno; en el caso del PRI, con su dirigente sometido (Dagoberto Lara Sedas); y en el PRD, con un abanderado a la alcaldía de Centro, totalmente “de su parte”, pues son brothers y públicamente, cuando pertenecía al PRI (Manuel Andrade), jamás lo cuestionó, criticó o enfrentó, a él.   

En La Línea de Golpeo**En efecto, hacemos constar el comentario llegado a nuestras redes sociales, en el sentido que, un ejemplo claro que el gobierno de Adán Augusto López Hernández, sí está metiendo las manos en el proceso electoral, lo constituye el hecho innegable de que de su administración; de una de las instituciones que la integran, en este caso la Secretaría de Cultura, salió la virtual candidata a la alcaldía de Centro, Yolanda Osuna Huerta** la señora Osuna Huerta, que se sepa, jamás ha militado en Morena; por lo tanto, este partido no la escogió como su abanderada, sino que fue impuesta (al menos hasta ahorita)** La ex funcionaria, tampoco ha militado en ningún otro partido político (PRI o PRD)**la verdad, en estos momentos es sumamente difícil y complicado “bajar” a Yolanda Osuna, de la candidatura; ¿quién de Morena, se va a querer enfrentar con el Gobernador Adán Augusto López Hernández?  

Los Malosos**Lo mismito que le está pasando a la virtual candidata de Morena, a la Presidencia Municipal de Centro, Yolanda Osuna Huerta, le está sucediendo al partido vinotinto en el municipio de Paraíso, con su casi oficial abanderada Beatriz Milland Pérez; no levantan; no pegan, no empatan con la población, especialmente con la “indiada” (a cómo les llaman ambas), que son los que salen a votar**mire usted un botón de muestra** ha trascendido que el gobierno estatal, se está reuniendo con los sindicatos que trabajan en la refinería de Dos Bocas, para que no se vayan a equivocar**que la candidata es Betty Milland, y que deben “bajar” a sus agremiados esa “línea”**pero hay otra bronca; Jesús “chucho” Almeida Alejandro, asegura que él será el bueno para la alcaldía y se basa en que varias veces lo han “palmeado” (¿palmeado o dedeado; que alguien me explique)?, Andrés Manuel López Obrador y Adán Augusto López Hernández**por cierto, en el aniversario 20 del Hotel Costa Carey, propiedad de la madre de Betty; la ex embajadora, dijo que el hijo del actual alcalde Antonio Alejandro (Toño Caldo), será el candidato a la diputación local y que ya todo está “peinado y con raya en medio)**¿será?**hasta mañana Dios mediante.

Por Mario Gómez y González

El autor de PARA USTED es analista, columnista político, corresponsal nacional y reportero local, con más de 30 años de trayectoria periodística en varios medios impresos de gran trascendencia e influencia en Tabasco. Egresado de la UNAM en la carrera de Ciencias de la Comunicación; lector y publirrelacionista nato.