OJO VISOR

Bajo el argumento de que el posible delito administrativo de la alteración de una calificación ha prescrito porque el tiempo  transcurrido de los hechos, desde que se originó  hasta que se presentó la denuncia, pasando más de cinco años, el rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Guillermo Narváez Osorio se ha convertido en cómplice de la mafia del poder que opera en la división de Ciencias Sociales y humanidades que encabeza Alfredo Islas Colín y su esposa la secretaría de Educación, Egla Cornelio Landero.

El rector de la UJAT en su afán de darle carpetazo a la denuncia-que no lo dejaba dormir-que desde el año pasado presentó la catedrática de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, Leticia del Carmen Romero en contra del clan Islas-Cornelio, terminó por exhibir la desfachatez con lo que operaron el cambio de calificación, pues ahora se sabe que máquina del Centro de Cómputo se utilizó para alterar la calificación que acredita a Egla Cornelio con un diez en la materia  Seminario Interdisciplinario I, hasta la hora en que se realizó, pero extrañamente no aparece el video de la persona que realizó el cambio, y lo más grave, lo más delicado de todo este escándalo,  es que Narváez Osorio terminó por exhibir al ex-coordinador de la maestría y doctorado en Método de Solución de Conflictos y Derechos Humanos, Alfredo Islas Colín, quien siendo coordinador,  en forma indebida impartió tres materia del doctorado a su mujer y en las tres le asentó de calificación diez, lo que representa un conflicto de intereses y la violación del reglamento de Conacyt y de la propia Universidad pues debió excusarse para no impartir esas materias a Egla Cornelio Landero, pero como se sienten los todopoderosos de la División Académica, han violado  el reglamento a como se les daba la gana.

Seminario de Investigación I, Seminario de Investigación III, y Derechos Humanos de la Fuente Interna e Internacional, son las tres materias que Alfredo Islas Colín le impartió a su mujer Egla Cornelio Landero que por sus “altos conocimientos” recibió como calificación un diez en cada una de sus materias para encaminarse a recibir la indebida mención honorífica que le entregaron en la Universidad, pero en este detalle ni siquiera reparó el rector cuando realizó  su cuadro que le mostró a la doctora Leticia del Carmen Romero para justificarse en lo que estaba haciendo, que a toda costa era darle carpetazo a esta denuncia que estaba realizando estragos al interior de la Universidad.

¿Qué paso, que sucedió para que Guillermo Narváez Osorio cambiara de parecer y decidiera convertirse en protector y socio de la mafia del poder echando por la borda su honestidad que presume como su mayor capital político?; ¿Qué sucedió en estos quince días en que preocupado buscó a la doctora Leticia del Carme Romero, y al dirigente de los maestros de Telesecundaria, Leonel Bocanegra, para mostrar su preocupación por el daño que podía sufrir la Universidad y se prestó de intermediario para solucionar el conflicto para lo cual puso como condición que se desistieran, incluso de las demandas penales contra la Secretaría de Educación?.

¿Qué pasó, que sucedió para que Narváez Osorio cambiara su encono contra Egla Cornelio por la forma turbia y sucia a como corrió al extinto subsecretario de Planeación  de la Secretaría de Educación, Víctor Ramos, a quien ni siquiera le dejaron sacar sus cosas de su oficina o lo la forma en que corrieron a la esposa del extinto Víctor de la Cruz (A) Huimanguillo, quien era la titular de transparencia, por lo que Narváez estaba indignado”.

De acuerdo al expediente PAI-06072020 radicado en la Contraloría General de la UJAT radicada a raíz de la denuncia interpuesta por la catedrática Leticia del Carmen Romero  se establece lo siguiente: “—– no obstante lo anterior, no pasa desapercibido señalar que de las constancias de autos se desprende que el caso que nos ocupa está prescrita la facultad  sancionadora, toda vez que los hechos  denunciados sucedieron en diciembre de 2014, presentando su denuncia hasta el dia 29 de octubre de 2020, como se advierte del sello estampado en su escrito de denuncia, habiendo transcurrido  entre dichas fechas aproximadamente 5 años y 10 meses, lo que implica una imposibilidad jurídica para que la autoridad resolutora pueda emitir en su caso, alguna sanción, en virtud de lo que dispone el articulo 78 de la otrora Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos aplicable al caso en estudio, en virtud de ser referidos mas de tres años previos       

A la entrada en vigor de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, en ese sentido dicho numeral se desprende con meridiana claridad que para el caso de faltas administrativas no graves el término para sancionar prescribe en un año y para faltas graves será de tres años2, para lo cual según existe un criterio jurisprudencial

¿En la UJAT alterar una calificación, alterar un documento oficial no es delito grave, o es delito que se debe sancionar con rigor?, ¿entonces cualquiera puede cambiar una calificación, vender un titulo universitario y no pasa nada, ¿eso no es un acto de corrupción que debe ser sancionado con rigor para sentar un presente del buen prestigio académico de la Universidad?.

Hay serias inconsistencias en torno a esta determinación de la Contraloría de la UJAT; si el delito denunciado ya prescribió, que caso tenia hacer un supuesto estudio de checar mas de 700 maquinas del Centro de cómputo para determinar que desde una de esas máquinas la doctora Romero asentó la calificación de Egla Cornelio, ¿cómo saben que fue ella¡, como pudieron entrar a su cuenta si se supone que nada mas ella tiene la clave o contraseña de ingreso?, entonces quien logró entrar a su cuenta pudo ser el responsable de la alteración de la calificación  

Para la catedrática Leticia Romero no hay de dos, le queda claro que bien pudo intervino el jefe del Ejecutivo a como se jactó Egla Cornelio de que le podría ordenar a Narváez de que solucionara el problema o bien la secretaría de Educación agarró por los tanates al rector con la divulgación de la Auditoria Superior de la Federación de que hay faltantes económicos en la cuenta pública 2019 de Guillermo Narváez Osorio en la Secretaría de Educación de Tabasco, quien temeroso decidió plegarse a los intereses de la mafia Islas-Cornelio.

No hay justificación que avale que le pretendan dar carpetazo a la denuncia por o que bien recuerda el dia en que Narváez le pidió telefónicamente se reunieran en la rectoría para buscarle una solución al conflicto.

Allí le narró que casi al punto del llanto Alfredo Islas le había suplicado a Narváez que lo ayudara a solucionar el problema que tenía miedo de ir a la cárcel por lo que el rector la buscó para llegar a un acuerdo que les permitiera acabar con el conflicto, a lo que ella se negó, porque es necesario acabar con la corrupción dentro de la Universidad que de ninguna manera de trata de un problema personal a como incluso el mismo rector le sugirió del porque compraba un pleito a lo que le argumentó que no se trataba de un pleito personal, que había que ponerle un alto a la mafia que opera en la división donde ha contado con la complicidad de los anteriores directores, por lo que tampoco es  es comprensible que Alfredo Islas haya permanecido como coordinador de la maestría y el doctorado siete años cuando por reglamento solamente debió permanecer cuatro años, como también es una irregularidad que el mismo rector ventilo en el cuadro que le entregó de que le diera tres materias a su misma esposa cuando eso es un conflicto de intereses y que la UJAT lo haya tolerado.

También es inadmisible que Alfredo Islas esté impartiendo clases en los posgrados cuando era el coordinador, pero además no tiene cédula profesional como doctor, ya que ese posgrado lo realizó en el extranjero y posteriormente lo quiso validar pero la Secretaría de Educación lo bateó al negarle la cédula, porque primero estudio la maestría en el extranjero y posteriormente una maestría lo que para la SEP en México no es válido, porque es una irregularidad, es como si primero se estudiara la licenciatura y posteriormente se estudiara el bachillerato, por lo que es otra irregularidad que con esta acción está solapando Guillermo Narváez que así se constituye en proyector de la mafia que opera en la División de Ciencias Sociales y Humanidades lo cual es una vil corrupción, esa corrupción que ha llamado a combatir el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador pero que en su tierra es letra muerta, pues por encima de la justicia está prevaleciendo el contubernio.

A la doctora Leticia Romero le queda claro que los 15 días que le pidió de treguas el rector, de que no publicara nada contra Alfredo Islas y Egla cornelio en sus redes sociales lo hizo para ganar tiempo, porque la justificación del encuentro en la rectoría fue para proponerle su internediación y en ese tiempo, el propio tiempo le ganó porque vino la publicación de la Auditoría Superior de la Federación en donde da cuenta del desfalco financiero en la SETAB en 2019, cuando Guillermo Narváez fungió como secretario, de allí que lo mas probable es que hayan tenido un acuerdo para darle carpetazo al asunto pero lo hicieron de la peor forma, porque si el delito había prescrito para que entraron al estudio del tema, para que supuestamente le pidieron al director de informática analizara mas de 700 computadoras del Centro de Computo donde se supone se utilizó una maquina para asentar la calificación de Egla, ¿cómo entraron a mi sistema si jamás le pidieron la contraseña que es personal, eso indica         que hay la capacidad de algunas personas para violar la cuenta personal de casa docente lo que da pie a pensar que es fácil cambiar calificaciones para beneficiar o perjudicar a cualquier estudiante y eso es sumamente lamentable.

Lo peor de todo, si el delito ya había prescrito porque Narváez la busca para buscar una solución conciliatoria a la denuncia, en todo caso, únicamente la hubieran notificado de que su denuncia no procede porque el tiempo para hacerlo ya se venció, y no tenían porque entrar al estudio, revisar y pedir información carente de veracidad, porque cuando la catedrática le pidió al rector que así como dieron con la maquina donde se supone que ella asentó la calificación, también le pidió que por medio del video de las cámaras de seguridad que existe en el Centro de Computo se podía detectar quien utilizó la maquina a la hora y día que según se asentó la calificación, Narváez Osorio se quedó dudando y le respondió que no sabía      que ahí había cámaras de seguridad cuando se supone que está enterado de todo, y por lo mismo el video de la cámara de seguridad daría mayor certeza de quien utilizó dicha máquina, porque ella tiene su computadora personal desde donde envía sus calificaciones.

¿Como puede justificar el rector que el dia y la hora señalada yo estuve en el centro de computo y asenté esa camificación?, se preguntó la catedrática, ¿Cómo saben que fui yo y pretenden darle veracidad a ese hecho, pero cuando pedí el video de las cámaras se seguridad Narváez dijo que no sabía de su existencia cuando los maestros y alumnos saben que si existe porque desde ahí se vigila que no vayan a dañar o alterar una computadora.

Para Leticia Romero el rector ya perdió toda credibilidad, perdió su honra y honorabilidad,  únicamente nos pidió quince días de tregua para maniobrar, para poder planear y  ponerse del lado de la mafia del poder que opera en la División de Ciencias Sociales y Humanidades, pero ni crean que me daré por vencido, recurriré a otras instancias y si es dable buscará al presidente de la República, porque junto con Islas hay otro personaje que forma parte de esa mafia, el ex-ministro Cossío, señalado por el propio Andrés Manuel de estar metido en cosas sucias.