SEGURAMENTE LA gobernadora de Sonora Claudia Artemisa Pavlovich, de raíces lejanas, -a lo mejor- rusas o de aquella región del mundo y asesorada por expertos en la materia, ya sabía de antemano el resultado que tendría por la osadía de realizar una fiesta fastuosa.
NO FUI, pero me la imagino, fue una fiesta que no cualquier sonorense o mexicano de la clase media puede darse el lujo de realizar, mucho menos en este tiempo de pandemia. Cuál es mi rasquiña, ¿porque no me invitaron? ¿Por qué fue fiesta de ricos? ¿Por qué fue fiesta de políticos? ¿Pero, si ni a COVID-19 que es el personaje de moda invitaron? Ese, junto conmigo se quedó afuera de la hacienda “Centenario” allá en Tequila, Jalisco.
CLAUDIA PAVLOVICH, como buena política y preparada con premeditación, alevosía, ventaja y sin referirse al motivo que originó el escándalo que fue la suntuosa boda de su hija, se curó en salud y aprovechó reflectores para quejarse “he vivido en carne propia la violencia de género, que ha venido acompañada de señalamientos, burlas, acoso, discriminación de todo tipo, críticas por mi apariencia, si estoy gorda, si estoy operada, si me visto bien, todo por el simple hecho de ser mujer”
LOS QUE vivimos acá en el sureste del país no sabíamos ni nos interesa saber quién gobierna Sonora; que se casó su hija con un “pobretón” y que le practican bullyng a ella por gorda, ni modo, ya por las redes sociales nos lo dijo.
O SÉASE, que con La boda de su hija y la queja preparada con tiempo atrajo reflectores a nivel nacional y por lo tanto logró al cien por ciento su objetivo. En estos tiempos de pandemia extrema y proceso electoral en alta, la señora Pavlovich es un digno ejemplo a seguir.
Y AQUÍ en tierra choca el chisme es menor pero no por eso sin importancia. Hace algunos días se castigó al Alcalde de Centro Evaristo Hernández Cruz, por un exabrupto que le costó caro, se expresó mal de una dama de su misma calidad política y lo dejaron fuera de la jugada; ahora le tocó a doña Nidia Naranjo Cobián, alcaldesa de Cunduacán. Por ejercer violencia política de género, fue inhabilitada para participar en el próximo proceso electoral y amenaza con denunciar su caso ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. Cuando le digan si es culpable o no ya no será alcaldesa y mientras tanto estará fuera de la jugada para este proceso electoral en pleno desarrollo.
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy me voy, no sin antes comentarles que en tiempos de don Wilfrido Robledo Madrid, siendo director de policía y tránsito en el Estado, se creó el Colegio de Policía y Tránsito; tuve la oportunidad de preguntarle si los egresados una vez aprendidas técnicas y tácticas y renunciaban a su plaza ¿no se convertían en enemigos a vencer?, me dijo que no, que todos quedaban fichados. ¿Basta con eso? Hoy 20 elementos concluyeron el curso de Técnicas y Tácticas de la Defensa Policial.