FRANJA SUR
Alguna vez cayó en mis manos un libro sobre Jesús Reyes Heroles, considerado el último ideologo del PRI, en el que citan la frase que enseña una parte esencial para ser puesta en práctica por quienes se dedican a ese oficio:
“La política es el método para conciliar intereses, para superar divergencias, para resolver contradicciones”.
Pero con tristeza vemos que en estos tiempos hay pura politiquería, casi nadie hace política de la buena. El revanchismo, odio, división, rencores, venganza, descalificaciones, el irrespeto a disentir, y otras lindezas, es lo que muestran los políticos a los mexicanos.
Lo peor de esta pandemia de politiquería es que han sembrado esa insolente postura entre sus seguidores, que lejos de mostrar una confrontación de ideas, recurren a lo más fácil: exhibir lo peor de nuestro léxico.
El diálogo, los acuerdos que son las mejores de las herramientas para hacer política, ha desaparecido del diccionario de los hombres públicos. Y, de nuevo se ha caído en una práctica tan grotesca como el conocido “dedazo”
El dedo tiene diversas funciones en el campo de la política: lo usan para dar atole con el dedo, para levantarlo en automático en las cámaras de legisladores y, en tiempo electorales, para designar a los candidatos.
Este vicio lo inventó, lo puso en práctica y le funcionó por más de ocho décadas al PRI, pero en Morena retomaron el insano ejercicio para aplicarlo al pie de la letra. Nada ha cambiado.
Debido a esa rancia industria del engaño que hoy se vive de nuevo en los partidos, cunden las protestas de militantes inconformes con sus dirigentes por haberlos desplazados de los espacios en los que se sentían con derecho.
Las inconformidades las hay en todas las organizaciones, pero son más notorias en el partido vinotinto, pues ahí Mario Delgado, su dirigente nacional, se sacó de la manga el cuento chino de que las candidaturas serían por encuestas.
Pero se le escurrió el pastel, porque las protestas de militantes de Morena contra sus dirigentes, se multiplican a lo largo y ancho del país. Las protestas se han dado en Chihuahua, Nuevo León, Campeche, Hidalgo, Guerrero, Tabasco, Baja California y Yucatán, entre otras entidades. Esto es, de punta a punta de la república.
El señalamiento es el mismo: la imposición de candidatos que los inconformes acusan que provienen del PRI, del PAN y algunos externos, desplazando a la militancia que le dio vida a Morena. Y acusan que las encuestas no se realizaron, porque nunca se las mostraron.
Precisamente, sobre el tema de lo que se vive en Morena, partido en el gobierno, que ya tiene alcance nacional e internacional, la Revista Proceso publica esta semana un trabajo, cuyo llamado en la portada reza: El «dedazo» los divide.
Ahí se la dejo.