DE PRIMERA MANO

El 20 de noviembre del año pasado se publicó en este espacio: “Para muchos, Yolanda Osuna Huerta, exsecretaria de Cultura, va a ser la candidata de Morena a la alcaldía de Centro (…)”. Un día después, con el título “Yolanda Osuna, alcaldesa”, se informó aquí: “Morena ha decidido postular a una mujer para la alcaldía de Centro, de tal manera que a esa posición se encuentra perfilada la ex secretaria de Cultura (…)”.
Casi cuatro meses después se ha confirmado la exclusiva de este espacio. Ahora se impone el análisis del porqué la nominación del partido en el gobierno recayó en esa mujer que goza de la aceptación en las clases media y alta.
Acaso de manera inconsciente, la oposición ha encontrado las dos fortalezas de la candidata: sus adversarios la descalifican por ser “una perfecta desconocida”, y la acusan de “priísta”.
Ser “desconocida”, sin embargo, en el lenguaje de pueblo quiere decir no haber estado en el ojo del escándalo público: los dos abanderados a la alcaldía de Centro más “conocidos” son, precisamente, quienes han enfrentado mayores señalamientos por su trayectoria.
Esto significa que mientras menos te conozcan en el sentido que se le da a esa palabra, más posibilidades se tiene de atraer a los votantes.
Y cuando la oposición acusa de “priísta” a Osuna, el trasfondo es hacerla ver como parte del sistema partidista.
Algunos estudios sobre el posicionamiento de los candidatos a la alcaldía capitalina revelan que a la exfuncionaria no se le identifica con ningún partido, aunque es cierto que ha trabajado en administraciones del PRI.
Desde el último trimestre de 2020 a la fecha que trascendió que ella sería la ungida, la campaña negra en su contra se ha centrado en dos ejes: 1) No es conocida, y 2) Es priísta.
Esto significa que la pólvora contra ella está mojada: no hay argumentos de peso para emprenderle una campaña mediática que le reste puntos a Morena en las votaciones del próximo 6 de junio.
En cambio, faltan de dedos de pies y manos para contar los escándalos en que se han visto involucrados alguno que otro de sus adversarios.
Así que en la esquina de enfrente, para hacer perder al régimen en la capital, PRI y PRD deben pegarle directamente al gobierno.
El problema es que el electorado tiene amartillado en el cerebro que el vinotinto es Andrés Manuel López Obrador, más que el mandatario Adán Augusto López Hernández o el alcalde Evaristo Hernández Cruz.
Por eso la intención del voto que tiene el partido gubernamental en este municipio (60 por ciento) es cercana a la aprobación que logra el presidente (74 por ciento).
Puede asegurarse que la fortaleza de Osuna se finca en que es “perfecta desconocida” y por eso no tiene una carrera manchada por los escándalos.
Y como carece de “identidad partidista” resulta atractiva para el llamado voto útil de la sociedad, que prefiere a los candidatos considerados ciudadanos y rechaza a los “cartuchos quemados” de los partidos.
Visto de esa manera, el régimen se ha asegurado de mantener el control de la capital del estado: ha nominado a un cuadro al que no le podrán sacarle sus “trapitos al sol” durante la campaña.

PARA SU INFORMACIÓN…

EN CÁRDENAS SE estableció que el dirigente municipal de Morena devenga un sueldo en el ayuntamiento. Ahora se sabe que algunos “asesores” del alcalde Armando Beltrán Tenorio “cobran” con obras públicas que luego “revenden” a verdaderos constructores. Por eso las calles solo “aguantan” la entrega.

Por Rodulfo Reyes

Rodulfo Reyes Aguilar ha sido corresponsal en Tabasco de los diarios El Financiero, La Crónica de Hoy y El Heraldo de México, también ha publicado reportajes en El Universal y Excélsior, además de las revistas Impacto y Ámbar, así como en el semanario Punto. Ha sido director local del diario regional Por Esto! Actualmente publica una columna en el diario El Heraldo de Tabasco y es corresponsal de Notimex, la agencia de noticias del Estado mexicano.