DE PRIMERA MANO
Para quienes ponen en duda que en Tabasco la oposición intenta desmarcar a Andrés Manuel López Obrador de Morena y del gobierno de Adán Augusto López Hernández, hasta ahora la principal promesa de campaña de los candidatos vinotinto ha sido promover la “defensa” de la llamada ‘Cuarta transformación’, lo cual corrobora la actitud de sus adversarios de cara a las elecciones del 6 de junio.
Así se podrían sintetizar las primeras semanas de proselitismo: mientras sus contendientes buscan contrarrestar el efecto positivo que el presidente causa entre los tabasqueños, los suyos no tienen ningún problema en dejarse arrastrar por su ola.
No hay un abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional que no les pida a los ciudadanos su voto para que pueda continuar vivo el proyecto de la 4T.
Es como si, de pronto, el PRI, convertido en el principal partido opositor, estuviera enfrentando a la figura omnipresente del oriundo de Tepetitán, no a los abanderados morenistas.
Pero así ha sido siempre desde julio de 2014 que las autoridades le dieron su registro como partido a la asociación civil constituida en noviembre de 2012.
Que nadie se diga sorprendido por esta situación: en 2015 que participó por primea vez en una elección en Tabasco, sus dos lemas principales de campaña eran: “AMLO es Morena” y “AMLO está en Morena”.
Ahora mismo puede verse ese binomio en el uniforme de los candidatos morenistas: camisa o blusa blanca con el emblema escarlata en el pecho.
El tepetiteco se encuentra en campaña virtual por su movimiento, mientras tres de cada cuatro tabasqueños apoyan su gestión, orgullosos de tener a un paisano residiendo en la casa que habitó el presidente Benito Juárez García.
Para infortunio de la oposición, la alta aprobación que posee el mandatario del país se refleja en su partido: mientras él tiene 75 por ciento en su tierra, el vinotinto alcanza 60 por ciento. En el sureste, claro está, es donde el tabasqueño logra el mayor consenso de cara a los comicios próximos.
Vaya, es en los seis distritos federales donde se advierte que la ciudadanía está creyendo que se requiere del triunfo de Morena en San Lázaro para afianzar la obra del gobierno de la república, pues los abanderados del vinotinto les sacan una cómoda delantera a sus adversarios.
En el proceso local (diputados al Congreso estatal y alcaldes) la fórmula varía ligeramente: en este proceso se califica más la obra del gobierno tabasqueño que de la federación.
Aun con la “austeridad republicana” de la 4T, que traducido a las campañas significa una reducción de gastos, hay regiones donde la oposición se encuentra desaparecida.
Por ejemplo, los candidatos morenistas a diputados por los distritos 6 y 10, Jorge Bracamontes y Jaime Lastra Bastar, parecieran estar compitiendo solos: sus adversarios no dan señales de vida política.
En el caso del distrito 6, en donde el principal candidato de la oposición es el priísta Fabián Granier Calles, ni el “boom” causado por la candidatura de su padre, el exgobernador Andrés Granier Melo, le ha impulsado.
La ventaja que le saca Bracamontes es abrumadora, al punto de que existe la duda de si el rechazo a Fabián le afectará al abanderado a la alcaldía de Centro.
En Macuspana, el abanderado a la alcaldía, Julio Gutiérrez Bocanegra, está siendo arrastrado por la buenaventura del apellido: José Ramiro, el hermano de AMLO, es el imán de la campaña.
A Pepín todos le piden que le saluden al presidente.