CARTA ABIERTA
Y sí: la estadía de Alejandro Moreno Cárdenas en tres municipios de Tabasco sirvió para revivir a un partido que muchos daban por muerto. La asistencia de miles de personas a los actos celebrados en Teapa, Macuspana y Centro abrieron la expectativa seria y razonable de que el PRI obtenga victorias importantes, e inesperadas, en varias alcaldías y diputaciones.
El dirigente nacional quedó sorprendido por el recibimiento que tuvo en los tres municipios. “Es mucho mejor de lo que hubiera pensado”, dicen que le dijo al dirigente estatal, quien de esta forma demostró que es mucho mejor político de lo que sus detractores pensaban. Dagoberto también mostró que el músculo priista no sólo está en Centro, con Andrés Granier, sino también en Teapa con Héctor Raúl Cabrera Pascasio y en Macuspana, con Cristóbal Álvarez Brown.
Ahora bien, por experiencia se sabe que las miles de personas reunidas en actos de campaña no necesariamente se traducen en votos el día de la elección. Por una u otra razón, los actos masivos no garantizan una victoria. Dan, eso sí, una idea de cómo está el candidato y cómo está el partido en el ánimo popular; pero nada más. A juzgar por lo visto el martes, el PRI parece estar de regreso en uno de los momentos más complicados de su existencia como instituto político en la tierra del presidente Obrador.
El reto de Dagoberto Lara será conseguir que esos actos masivos espectaculares, como el de Andrés Granier en la casona de 16 de septiembre, se traduzcan en sufragios en las urnas. De lo contrario, las concentraciones registradas en plena época de pandemia quedarán sólo en la anécdota política.
La capacidad de organizar y movilizar a miles de simpatizantes y militantes será una tarea monumental para un partido fuera del gobierno estatal, sin el manejo del presupuesto y sin otra serie de recursos tan necesarios en ese objetivo.
Revivir esa estructura priista que muchos daban por maltrecha servirá para generar los votos necesarios para ganar, pero también para garantizar la presencia en todas las casillas electorales de Tabasco. La representación en las casillas será clave para un partido que es oposición desde hace nueve años en el gobierno estatal.
El PRI sabe que Morena parte como favorito en las elecciones para renovar las diecisiete alcaldías y el Congreso de los diputados, pero su propósito es arrebatarle varias victorias y quitarle al PRD ese segundo lugar obtenido en las votaciones de 2018. Lo visto en la gira de Alejandro Moreno da una sensación positiva para los intereses de los priistas si bien, como ya se dijo, hay que traducir todo ello en votos constantes y sonantes.
Es verdad: mucho de ese empuje priista se basa en la figura de Andrés Granier. El exgobernador es el remolcador de un PRI que estaría muerto si él no estuviera en las boletas. La responsabilidad es mucha, pero parece que esta carga no le ha pesado a un hombre de 73 años de edad y que tendría, según algunos, que estar en casa cuidando de su familia y sus nietos.
En resumen, la visita de ‘Alito’ a Tabasco ha desentumido a un priismo que añora revivir sus viejas glorias en Tabasco. La tarea será complicada ante un partido como Morena, que tiene en el presidente Obrador a su principal activo político para reeditar los números de 2018. La lucha será entre dos porque el PRD, con todo y Manuel Andrade, está más frío que un cadáver, dando pena ajena y sin un motivo visible para dar la batalla electoral.