EL TÍO VIVO

Las ratas del pueblo del cuento infantil, seguían al flautista que las guiaba al matadero con el sonido de su instrumento. La referencia cobra sentido, luego que en su pasada visita a Tabasco, el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, declaró que quienes abandonan primero un barco que se hunde son las ratas, refiriéndose así a quienes han decidido declinar de su militancia priista en busca de mejores opciones en otros partidos.

Alito, justifica así la deserción que al interior del otrora “partidazo” se ha generado, pero no explica que una de las principales razones de ese fenómeno se debe a la forma en la que el campechano está guiando el barco que, como él mismo reconoce, se está hundiendo.

Desde la manera en la que se hizo del control del PRI, Alejandro demostró que las cosas ahí serían “más de lo mismo” y que bajo su guía, ese partido reeditaría las estrategias que lo llevaron a dejar de ser el instituto político más importantes del país. La imposición, el avasallamiento, la falta de diálogo con otras corrientes y sobre todo, la utilización del membrete para un proyecto personal, son hoy en día, por demás evidentes.

Cuando en el año 2 mil, el sistema vigente perdió la elección, se generaron al interior del priismo liderazgos regionales que le dieron vigencia al partido y se trató hasta donde fue posible, evitar la desbandada. Hubo disidencias, sí, pero la lucha se dio adentro sin que los grupos de poder al interior optaran por abandonar su militancia.

Hoy, al igual que en esos años, el partido se usa para el proyecto del dirigente (Alito ya fue destapado como presidenciable desde su natal Campeche) pero con la diferencia que muchos liderazgos no están ya para fortalecer al priismo. La experiencia de lo que ocurrió con el madracismo en el 2006, parece no importar a la actual dirigencia y la caída puede ser, incluso, más estrepitosa.

Si Moreno equipara a los cuadros que dejan al PRI con ratas, el sería sin duda, el flautista que los guía para que dejen las siglas del tricolor. Pero como en su referencia, alude a que son los roedores de un barco que se hunde los primeros en saltar, habría que recordarle que esto sólo ocurre cuando irremediablemente la nave está a la deriva y que quien obligadamente se va a pique con la embarcación es el capitán. Luego entonces, los que salten aún tienen posibilidades de sobrevivir, pero quien está condenados al desastre, es quien ha llevado el timón…

Antes de bajarnos del caballito…

¿Cómo va la elección en Centro? Pues con un partido fuerte impulsando a su candidata, un candidato popular arrastrando a un partido aún con vida y un hábil actor político capitalizando su trabajo en el pasado y cachando para su causa lo que sus adversarios no logren consolidar. A 2 semanas de que acaben las campañas, aun no se pude advertir una clara ventaja para nadie…