CHAPALEO
ALGUIEN DIJO por ahí que el pecado más grande de México es su inmensa riqueza; ese tesoro que lamentablemente muy pocos de sus hijos no han sabido o, mejor dicho, no han querido distribuir equitativamente entre todos los mexicanos.
POR SUPUESTO que de esto no podemos culpar a las nuevas generaciones, porque en aquellos tiempos, de hará unos 20 o 30 años, muchos de ellos eran estudiantes que hoy, convertidos en profesionistas buscan las mismas oportunidades de las que disfrutaron sus ancestros, pero aparentemente con otras lógicas, otra forma de elegir a sus gobernantes para alcanzar nuevas formas de vida.
HOY, ANTE un liderazgo perdido, el Partido Revolucionario Institucional, el más antiguo, el que por más años ha manejado los destinos políticos de nuestro país, el que promovió el cacicazgo, el creador del “dedo divino” el que en verdad ha disfrutado de la riqueza de nuestro país, viene fortaleciéndose con una nueva generación de militantes
ESA NUEVA incubación de políticos, hoy como ayer repite: “somos hombres y mujeres que nos mueve el amor por México”; “en el PRI no nos invade ni el revanchismo ni la nostalgia”; “Las frases y discursos que solo sirven para endulzar el oído, llevan dentro de sí la semilla de la desconfianza”; “la traición nunca ha pagado bien, quien traiciona una vez, traiciona dos veces”. “Y siguió la tempestad de frases vanas…” que nos dijera Guillermo Aguirre y Fierro, en su Brindis del Bohemio
CARLOS MARIO Ramos Hernández, uno de los disidentes del PRI, molesto por alguna razón, se fue al PVEM en donde logró una diputación local; por arrepentimiento, vergüenza, nostalgia, martillazos a su conciencia o lo que sea, regresa a su ex partido y éste lo arropa como candidato hoy al mismo cargo. Esta es “una política sin principios” de la que tanto pregona esa nueva generación de jóvenes con la que el PRI quiere renovarse y que integran precisamente hijos de quienes a través de ellos quieren prolongarse en el poder
OTRA DE las consideraciones de los políticos en incubación dice “quien busca el poder por el poder mismo no puede ser digno de confianza, porque una vez en el cargo, nada nos garantiza que responda a los intereses de todas y todos y no solo a los propios”.
LOS EJEMPLOS que han dado los priistas en el poder no son dignos de tomarse como ejemplo, porque si el servidor público desempeñara su puesto con honestidad y rectitud seguramente daría buenos resultados en beneficio de la ciudadanía. Cuando el poder se ejerce con sabiduría se convierte en líder y hace ciudadanas a las personas.
Y CLARO que hay más, mucho más, pero por hoy, me voy no sin antes comentarles que el doctor Feliciano Wong Ortiz “VE muy bien su campaña para alcalde de Centro”