DE PRIMERA MANO
Con el proselitismo llegado a su fin este miércoles, en Tabasco queda claro que en las elecciones del domingo el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador no le “pasará encima” a sus adversarios como ocurrió en 2018, pero también se observa difícil que la oposición le arrebate a Morena bastiones como Centro, Cárdenas, Comalcalco, Macuspana y Huimanguillo.
El Revolucionario Institucional tiene puestas sus esperanzas en el exgobernador Andrés Granier Melo para ganar el municipio de la capital. La propia dirigencia nacional considera que el químico provocará un “efecto” en todo el estado que le hará posicionarse como la segunda fuerza política.
A decir de analistas, Granier solo podría ganar si se conjugan diversos factores, entre estos que salga a votar arriba del 60 por ciento del padrón electoral, lo cual se antoja complejo por el repunte de la pandemia en las últimas semanas.
De hecho hay estimaciones de especialistas en el sentido de que solo iría a las urnas entre el 35 y el 45 por ciento de los electores.
Y está demostrado que mientras disminuye la afluencia de votantes, crecen las posibilidades del partido en el gobierno.
De ahí que en la época dorada del PRI un aditivo de las campañas era provocar eventos negativos para desalentar a los ciudadanos a salir a sufragar.
Las “campañas de miedo” tenían como objetivo provocar que la gente se quedará en casa el domingo electoral.
El último caso de este tipo que se presentó en Tabasco ocurrió en los comicios intermedios de 2015, cuando el priísta Evaristo Hernández Cruz enfrentó al perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa por el ayuntamiento capitalino.
El 7 de junio de hace tres años, en las primeras horas del día, camiones de volteo arrojaron arena en las entradas de casillas en las que generalmente ganaba el tricolor, mientras pelotones de la Policía se instalaban ruidosamente y con prepotencia en otras casillas en las que también votaban partidarios de ese instituto.
Sabido es que el triunfo fue para el partido del gobernador Arturo Núñez Jiménez, aunque poco después el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la jornada electoral y ordenó que se repusiera en agosto de 2016.
Otro elemento en contra del abanderado a la presidencia municipal es que llega solo a las votaciones: el PRI termina como el partido más rechazado por el electorado mexicano, convertido en un cascarón sin sustancia.
A principios de semana que lo entrevistaron en un noticiero de radio, al final que lo invitaron a un programa especial a las siete de la noche del domingo, el exgobernador le contestó a su entrevistador: “¿tú crees que tenga caso que venga (a la estación) si los resultados no me favorecen?”.
Largos segundos después trató de corregir la plana: voy a venir porque voy a ganar, dijo, pero ya su lenguaje corporal había denotado que no está seguro de alzarse con el triunfo.
PARA SU INFORMACIÓN…
SIN APOYO ECONÓMICO y sin estructura, la candidata del PRI a la alcaldía de Huimanguillo, Yaneth Herrera García, logró un crecimiento que pudo haber cambiado el rumbo de las votaciones si no la dejan sola. Hija de Hiram Ramón Herrera Sol, un huimanguillense muy respetado en el municipio, la priísta sorprendió por lo que logró durante el proselitismo, pese a que no se vinculó a los grupos de interés. Es seguro que Yaneth se llevará una generosa tajada del voto razonado, aunque allá triunfa el que tiene recursos a discreción para movilizar a su gente.