FRANJA SUR
Qué no divida la política ni los políticos a los mexicanos, esa debe ser la férrea voluntad que debemos aportar los ciudadanos en este México que vivimos.
En las campañas políticas, si usted fue un frío observador, sin la pasión del momento, habrá visto, primero, ese bombardeo con propaganda de los partidos en los canales de televisión.
Después notó que la mayoría de estas cápsulas destacaron más el pleito político que las propuestas: “Que si yo soy mejor que aquel”, “que ellos robaron más”, “prometo ser bueno”, “regalaremos más dinero”, “no le vamos a quitar lo que les dan, se lo subiremos”, en fin.
Una propaganda más o menos inteligente estuvo ausente, que se centrara en causas con viabilidad para resolver el caos que tenemos encima, una propuesta de un México en paz y con oportunidades de crecimientos para todos, alejada del clientelismo electoral y de políticas asistencialistas que van más enfocadas a la afinidad partidaria.
México necesita un gobierno para todos y, eso es lo que debemos plantearnos al momento de estar parados frente a las urnas el próximo 6 de junio. El país nos necesita a todos, a ricos y a pobres, a negros y blancos.
No más esa política que nos marca como buenos y malos cuando lo que debe hacer el gobierno y sus funcionarios es aplicar la ley a quienes hayan delinquido contra el Estado, contra el erario. Ya sean de los gobiernos del pasado y del actual, sin distingos, y punto.
Pero no tomar el poder público como arma para dividir al pueblo y enfrentarnos entre nosotros mismos, para darle trato preferente a los suyos e ignorar y golpear con la fuerza del poder a los que se les considera enemigos.
Eso es lo que debemos pensar después de revisar, analizar, evaluar a nuestros políticos. Démosle el vote a las opciones que creamos más viables para sacar a flote al país después de la sacudida de la pandemia a la economía, y del cáncer de la inseguridad que no para en las calles.
Pero lo que no se debe hacer es pelarse entre familiares y entre los amigos por la política y los políticos. He dicho en cuanto foro me han invitado que, los políticos y los partidos son pasajeros y les he puesto ejemplos:
Quien se acuerda ahora el Partido Popular Socialista (PPS), del Partido Cardenista de Reconstrucción Nacional, creado por Rafael Aguilar Talamantes, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) o el del gallito: Partido Demócrata Mexicano, en fin.
O más reciente en Tabasco, por ejemplo, Manuel Gurría, Roberto Madrazo, ya son historia, y de Arturo Núñez sólo se acuerdan para insultarlo. Los seguidores de esos politicos hoy son copas vacías.
Todos pasan de moda, están en el poder, se sirven y se marchan, y nosotros, los ciudadanos, aquí seguimos en el Tabasco que nos tocó vivir.
Entonces, para que desgarrarnos, para que romper amistades y con familiares. No podemos dejarnos dividir ni por políticos ni por los partidos., tenemos que ser más inteligentes y exigirle a ellos que cumplan y, si no lo hacen, que vengan otros, pero por favor desaten de su ser esa pasión enfermiza que hoy ha cegado a muchos.
Esa obnubilación no les deja ver, si bien es cierto que hemos tenido gobernantes pésimos, desaseados en los manejos del presupuesto público, inmorales, mediocres, es cierto, pero también hay muchos aciertos con las instituciones creadas y han dejado obra pública de buen nivel.
Por supuesto, el nuevo régimen ha lanzado políticas públicas aceptables en beneficio de este México de hoy, y, claro, se deben reconocer las buenas acciones.
Además, en todos los partidos hay gobernantes municipales y diputados que, si en tu municipio o distrito trabajaron bien, el mejor agradecimiento es premiarlos con tu voto, para que sigan dando resultados en tu localidad.
Pero hay igual muchos desaciertos. Y este sexenio, los gobiernos actuales, allá arriba como aquí en Tabasco, igual tiene políticos, funcionarios que no son blancas palomas.
Y, precisamente, eso es lo que hay que ver, revisar, pero no puede ser posible que ante la obcecación, producto de la pasión no le vean errores a estos gobiernos actuales. La verdad, la verdad, no exageren. No permitas que te consuma la intransigencia. Reflexiona tu voto.