FRANJA SUR

Las elecciones del 6 de junio dejaron buen sabor de boca a millones de mexicanos: A los seguidores de Morena, tras ganar la mayoría de las gubernaturas, y, a no pocos habitantes de esta nación, el haberse logrado el ansiado equilibrio, tan necesario, en la Cámara baja. Llegó el contrapeso, démosle la bienvenida.

En no pocas entrega en este espacio hablamos de su importancia, de su urgente necesidad, y, estas elecciones premiaron a quienes votaron y luchan por un México libre, alejados del autoritarismo.

Así, el partido en el poder y más preciso aún, el presidente de México, perdió la mayoría calificada en San Lázaro que, no es poca cosa. Sin duda alguna, tremendo avance en el aspecto democrático por la buena salud de la república a diferencia de los comicios de 2018 en el que los votantes entregaron todo el poder al mandatario federal.

Así, los mexicanos que se precien de demócratas, conocen bien a bien que el golpe electoral a Morena se dio en donde más duele a los adictos al poder absolutista.

Ahora el Ejecutivo federal al perder su partido la mayoría calificada, ya no podrá hacer a su antojo y capricho cambios a la Constitución ni podrá desaparecer instituciones como hizo apenas en el pasado inmediato en el que sus diputados se exhibieron como sus vasallos y no como representantes del pueblo. Se hizo famoso que la Legislatura que, por fortuna, ya se va, no le cambiaba ni una coma a las iniciativas y reformas enviadas por López Obrador. Diputados para el olvido.

Por supuesto, la correlación de las fuerzas políticas que llegarán a San Lázaro, es una saludable noticia para la buena marcha de esta nación, y, así, cuando algunos celebran el triunfo aplastante en gubernaturas, otros se quedan con el hecho de habérsele amarrado las manos al presidente en la Cámara baja.

La Legislatura que entrará en los próximos meses configuró un nuevo orden de las fuerzas políticas. De este modo, en la toma de decisiones de temas relevantes para el país, el presidente a través de sus diputados, tendrá que negociar con los opositores, lo que no se la da al habitante de Palacio Nacional, porque su estilo, su perfil es mandar y que lo obedezcan sin chistar, como dicen en mi pueblo: “Conozco el sebo de mi ganado”.

El otro duro golpe que recibió Morena, el partido del gobierno, fue la derrota en la Ciudad de México, que era de la supuesta izquierda desde el año 1997, cuando ganó por primera vez la capital del país con Cuauhtémoc Cárdenas, esto es, como el equipo de futbol Cruz Azul, la oposición tuvo que esperar más de 23 años para recuperar el corazón de México.

Hoy, el voto pensante de la mayoría de esa demarcación, la más politizada del país, a diferencia de 2018, le dio la espalda a López Obrador, perdió la confianza de los electores que dan el voto razonado y, se quedó con las alcaldías en las que habitan lo más pobres, por supuesto, donde se puede comprar el voto, más que claro.

Otro revés para la orgullosa Morena fue perder estrepitosamente la capital financiera de México, me refiero al estado de Nuevo León, entidad en la que Morena no siquiera pintó. Ahí ganó Movimiento Ciudadano, segundo lugar la alianza opositora encabezada por el PRI, y cayó al tercer lugar, muy abajo, la candidata vinotinto.

Ah, pero Morena ganó Tabasco, volvió a arrasar en los terrenos del presidente, salió avante en 13 de los 17 municipios (cedió cuatro) y repetirá con su mayoría en el Congreso del estado. En estas tierras sigue vivita la dictadura perfecta del partido de moda.

Pues bien, es cierto, no fueron elecciones ejemplares. En la tierra de AMLO ocurrieron las mismas trapacerías que cuando gobernaba el PRI y el PRD en el pasado, al igual que en el ámbito nacional cuando tuvieron el poder el priísmo y el panismo. Nada cambió, fueron iguales estos comicios a los de la época de los neoliberales. Sin embargo, es preferible una democracia imperfecta, que una dictadura perfecta.

Ahí se las dejo.

Por René Alberto López

39 años de trayectoria en el periodismo, ejercicio que inició en su natal Cárdenas en 1981. Ha publicado en diversos medios de Tabasco, Campeche y Chiapas. Dos premios estatales de Periodismo en Campeche, y en Tabasco recibió el reconocimiento "De Periodista a periodista". Corresponsal del diario nacional La Jornada y de la agencia internacional France Press (AFP).