GUAYABERA POLÍTICA
El 6 de junio miles de tabasqueños –unos 850 mil-, acudieron a las casillas instaladas a lo largo y ancho de Tabasco, a elegir 6 diputados federales, 21 locales y 17 alcaldes.
Los 6 distritos federales y los 21 locales, fueron para MORENA; alcaldías, el partido del Presidente López Obrador, obtuvo 14, una menos que en 2018 cuando ganó 15 y perdió 2: Jonuta (PRD) y Emiliano Zapata (PVEM).
Ahora dejó 3 en otras manos: Cunduacán, ganado por candidato independiente, Paraíso, por PRD y Tacotalpa, por MC.
El PRI, con estructuras perdidas, deshechas, incapaces sus dirigencias –la de aquí y la de allá- de superar errores pasados y prepararse mejor para entrar al terreno de la competencia con nuevas y más eficaces estrategias, no obtuvo ninguna posición y de tercera fuerza pasó a ser la cuarta. Una verdadera tragedia.
De lo que fue un partido arrasador, no queda hoy del PRI sino un espantoso cascarón abandonado, por cierto, durante este proceso, cuando menos por unos 20 cuadros importantes acompañados de decenas de sus seguidores, destacando el ex gobernador Manuel Andrade Díaz que se fue al PRD a caminar por la alcaldía de Centro, el ex senador Francisco Herrera León y el presidente del CDM, Francisco Castro Valencia, que se llevó a MORENA a 65 líderes regionales.
Las aspiraciones del tricolor se çoncretan en las diputaciones plurinominales, se estima que obtenga 4.
Notable, por otra parte, hay que decirlo, fue la salida del doctor Feliciano Wong Ortiz –la primera de su vida-, abanderado del PVEM a la alcaldía de Centro, quien realizó una campaña de buen nivel en la que hizo destacar los ejes correspondientes a la salud, agua potable, honradez, medio ambiente y moral pública.
Contribuyó con mucho a que su partido se estableciera como tercera fuerza política local.
Y si la campaña de Wong Ortiz llamó la atención, ocurrió lo mismo pero con mayor intensidad con la realizada por la candidata de MORENA, la especialista en planeación democrática, Yolanda Osuna Huerta, de trayectoria y carrera de vida envidiables.
Casi todos los ojos del municipio, los buenos y los malos, siguieron día con día cuanto decía y hacía en sus sofocantes recorridos por las calles, por las colonias, las villas y poblados del municipio, en sus encuentros ciudadanos y en sus reuniones especializadas con sectores organizados de la población.
Los malos ojos, con el propósito de registrar errores, fallas, expresiones inadecuadas, cualquier punto que pudiera descalificarla y pretendidamente disminuir sus posibilidades de triunfo, se llegó a considerarla una desconocida sin mayores aspiraciones y como una fiel representante de las élites sociales tabasqueñas, señalamientos que el mismo pueblo, sí, el mismo pueblo, se encargó de echar por los suelos al concederle poco más de 110 mil votos.
Los buenos ojos, por otra parte, los de los hombres y mujeres inteligentes y de buena fe, lo hicieron para alentarla con su apoyo, con su comprensión y confianza, para proyectarla hacia el futuro como consecuencia de sus contundentes propuestas de trabajo en beneficio del municipio, cabe anotar que fue la única persona, entre nueve aspirantes a la alcaldía, que desde el inicio de su jornada de proselitismo en la Plaza de la Bandera de la Colonia Las Gaviotas, presentó a la ciudadanía un proyecto de Plan de Gobierno que no dejó punto sin tocar.
Considero que el pueblo de Centro, mediante la representación de sus hombres y mujeres, jóvenes y viejos convertidos en ciudadanos, no se equivocó al expresarse libre y conscientemente en las urnas eligiendo a una mujer –la segunda que alcanzará en Centro la importante posición de alcaldesa- que quizá como ningún antecesor suyo tendrá como tarea fundamental la de vigilar la correcta administración del ayuntamiento y la de cumplir y hacer cumplir las leyes no sólo del ámbito municipal sino del estatal y el federal.
El municipio es la esfera de gobierno más cercana a la gente, al tiempo de que es el lugar en el que surgen los problemas y las necesidades de las familias; para gobernarlo, es siempre importante conocer sus peculiaridades y que la gente conozca las características y capacidades de quien llegue a administrarlo.
Yolanda Osuna Huerta, es maestra en administración y especialista en planeación, es una mujer honrada y de resultados, pasó cerca de 30 años sirviéndole a Tabasco desde distintas posiciones del Ejecutivo y ayudó a 6 gobernadores trabajando a toda su capacidad en áreas limpias del aparato gubernamental.
El pueblo eligió bien. No se equivocó. Lo que sigue es cumplirle a ese pueblo y no mancharse jamas para salir çomo se entra: mirando de frente, hacia lo lejos y lo alto.