GUAYABERA POLÍTICA

Ocupado en atender el curso del proceso electoral tabasqueño, dejamos pasar el comentario sobre el Día de la Libertad de Expresión que desde 1952 celebrábamos, año con año, cada 7 de junio, hasta que el festejo, como tal, desapareció de la agenda oficial convirtiéndose ese día en uno cualquiera sin mayor importancia ni trascendencia.
En efecto, fue el presidente Vicente Fox Quesada, quien canceló el festejo instituido durante el régimen de Miguel Alemán Valdés. Este año hubo pocas reuniones gremiales en el país, ninguna en Villahermosa -al menos que el reportero sepa-, salgo algún brindis entre colegas en los que abundaron recuerdos y nostálgicos comentarios.
Antes de Fox, hubo desayunos, comidas, brindis, guardias luctuosas y evocaciones de compañeros fallecidos, muchos de ellos asesinados, reuniones diversas de hermanos en las que se decía cuanto se quería sobre esa libertad de expresión considerada la ‘madre de las libertades’ y cuyo debate, según Felipe Fierro Alvídrez, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, “es inconmensurable”, pues, escribe: “nadie sabe a ciencia cierta dónde inicia ni donde concluye”.
En México, se remonta a los tiempos del Presidente Juárez, se legisló entonces para garantizarles a los mexicanos ese derecho, anulado por el porfiriato sin impedir, no obstante, que algunos políticos y periodistas lucharan por manifestar sus opiniones, alentando de paso a la insurgencia contra el dictador.
En muchos aspectos, se decía en aquellas reuniones, el ímpetu de las nuevas generaciones rebasaría la muy cuidada y egoísta realidad mantenida por diversas instituciones -el sistema político mexicano mismo-, y tal fenómeno podría alcanzar (lo hace ya) a la prensa de todo México.
Más, para que tal cosa no ocurriera, se comentaba, para que la prensa no le perdiera el paso a la sociedad, para que redefiniera su función ante la colectividad y cumpliera de mejor forma su cometido ético y político, debería de plantear cuál venía siendo su papel y cuál quería que fuera en el futuro.
Se insistió en la prensa, que juega un papel muy distinto y mucho más esencial que el de la radio y la televisión en el rol informativo.
La televisión, más que informar busca impactar; manipula, maquilla, confunde deliberadamente la información con el ‘show’. El sentido global, subrayado, contextualizado, no cuenta para ella y al hacer de la noticia un espectáculo, tergiversa, difumina, desvanece la información. De ahí el papel de medio mimado por los gobiernos del mundo, no se diga del mexicano hasta el régimen de Enrique Peña Nieto.
La radio, con limitaciones y ventajas con respecto a la televisión, busca un poco más el fondo de la noticia, acepta la intervención amplia del público y es por lo general más independiente, aunque su cuota en la formación de opinión ilustrada, sea reducida.
En cambio la prensa, lo nuestro, el periódico, que es nuestra materia y pasión, no sólo da la noticia, sino que la exprime, la hace comprensible, asimilable, la contextualiza, analiza y comenta, la hace trascendente al darle sentido y situarla en el tiempo y en el espacio públicos, la impregna del significado político y social regateado por otros medios. Por eso la necesidad de replantear su función antes de que la sociedad la rebase, hasta el momento el ciudadano que busca información clara y precisa sobre el diario acontecer, busca todavía la prensa, busca el periódico (no cualquier periódico, dicho sea de paso), no corre a conectar un radio o el televisor.
Debemos de entender de una vez por todas y ante la nueva realidad que viven los medios respecto del poder, que el periodismo es tres cosas: una profesión para muchos, un modus vivendi para otros y un apostolado y quizá hasta un arte para muy pocos.
Actualmente en Tabasco no existe una relación Gobierno-Prensa oficialmente establecida, pero el trato de la 4T con los medios, ha dejado de ser una liga mezquina y vergonzante, una letrina, no obstante se reclama al nuevo régimen establecer una nueva, transparente y efectiva relación Gobierno-Prensa para contribuir con el perfeccionamiento de las instituciones dela república en esta erade los grandes cambios y al surgimiento de una sociedad mejor informada, crítica, participativa, solidaria.
Así, la madre de las libertades se respetaría plenamente, por el lado oficial y, por el otro, se ejercería cabalmente, sin componendas, sin complicidades.
Para el mismo gobierno la prensa no sería más una actividad encubridora del silencio y la desinformación abotagantes, sería un idóneo cauce para informar puntual y verazmente a la sociedad, teniéndosele como el aire sano al organismo, como espíritu vital.

Por Guillermo Hubner

GUILLERMO HÜBNER DÍAZ. Nació en la Finca Morelos, Ranchería Torno Largo, Paraíso, Tabasco (Marzo 17 de 1942). Es reportero desde hace 56 años, inició su carrera en el Distrito Federal en el Semanario PIONERO del también tabasqueño Francisco Peralta Burelo. Fue reportero de la revista INICIATIVA de circulación nacional, bajo la dirección de Mario Huacuja Betancourt y de El UNIVERSAL, el Gran Diario de México. Fue redactor de noticias de la división de Radio y Televisión de NOVEDADES DE MEXICO. Ha sido dirigente gremial, fue presidente de Unión de Periodistas de Tabasco, fundador y presidente de la Unión de Periodistas Democráticos de Tabasco y presidente del Bloque Sursureste de la Unión de Periodistas Democráticos. Actualmente es tesorero del Club de Periodistas de Tabasco. En Tabasco ha sido reportero de los principales diarios y editorialista de varios espacios radiofónicos. Fue Jefe de Redacción del diario Presente en funciones de Subdirector lo mismo que en el matutino Rumbo Nuevo. Es autor de la columna política GUAYABERA POLÍTICA, el espacio de opinión periodística con mayor vigencia en el país, fundada en febrero de 1972. Ha recibido entre premios por su trabajo y reconocimientos por su larga trayectoria profesional, 17 preseas, 11 estatales y 6 nacionales. Sus colegas lo honran considerándolo el Decano de la prensa tabasqueña.