EL TÍO VIVO
Sí, lo decimos cada 3 años y cada 3 años volvemos a sorprendernos. Con el desarrollo de los trabajos del Congreso del Estado, cada vez que inicia una nueva legislatura, empiezan irremediablemente las evaluaciones al desempeño de los diputados que la integran, ya sea en lo individual o como bancada y tristemente, siempre decimos que la presente es peor que la que le antecedió.
Quizá ello se deba al poco tiempo que dura en la memoria colectiva el trabajo de los diputados y se pierde en el olvido un punto de comparación objetivo, ya que se antoja difícil que haya sido tan desastroso el desempeño de los anteriores, como el que se realiza por parte de los que en el momento de hacer el análisis se califica.
Finalmente lo que impera es la esperanza de que lo que viene sea siempre mejor y, aunque se peque de optimista, persiste la confianza en que hay errores que no se deben repetir. El bajo perfil de la mayoría de los legisladores que integran la actual legislatura, motiva a pensar que no se puede estar peor, sin embargo siempre hay sorpresas.
Sin embargo vale analizar que en la camada de diputados que está por iniciar funciones, hay algunos que por su perfil y experiencia deberían ser capaces de echarse al hombro a los demás y subsanar además, los errores que desde el Ejecutivo les manden.
Como hemos visto, el Legislativo se convirtió en una simple agencia de trámite de aquellas iniciativas que recibe de Palacio y no logró siquiera dictaminar una sola de las muchas que de manera cándida los legisladores propusieron, generándose así un enorme rezago que deberán eliminar sus sucesores.
Por ello, la experiencia de Jaime Lastra, Emilio Contreras y Luis Salinas, con alguna que otra persona que merezca el beneficio de la duda, podría ser la razón por la que la LXIV Legislatura marque diferencia de las demás y ahora sí podamos decir que no resultó peor que las anteriores. Ojalá, por el bien del estado…
Antes de bajarnos de caballito…
Con relación a las interrogantes planteadas en la entrega anterior, sobre los motivos de la presencia de Evaristo Hernández Cruz en Campeche, como operador electoral, Juan Carlos Castillejos aclara que: el alcalde estuvo en el vecino estado únicamente haciendo operación política (sic), capacitación y organización. Su experiencia, dice su ex vocero, sirvió para que Alito no les robara la elección y para garantizar que la estructura electoral recibiera sus apoyos, ya que luego, dice Juan Carlos, no llegan a las manos indicadas. Es decir, Evaristo fue a verificar que no se robaran el dinero… El chiste se cuenta solo. Se agradece la aclaración…