VECTOR X
Da ternura ver, por decir lo menos, la imagen de cinco dirigentes de partidos políticos cuyos candidatos fueron acribillados el pasado seis de junio a golpe de boletas.
En el papel de víctimas, envalentonados, heridos en el orgullo, sometidos al escarnio popular, muy orondos buscan justificar su incompetencia. Reparten culpas en el intento de desmarcarse de su propia incapacidad.
El PRI cuenta su morralla; el PAN vive de milagro; el PRD padece los estertores de sus ambiciones; y los otros apenas dejaron el cascarón.
Perdieron todas las diputaciones en disputa, federales y locales. Los aplastaron en todas las alcaldías a excepción de tres donde ganaron por errores ajenos, como Cunduacán, salvado para la causa opositora por la arrogancia de doña Nidia; Paraíso, por la altivez de la señora Milland, y Tacotalpa por azares del destino. Más Vitacilina por favor.
Se puede argumentar fraude con las pruebas en la mano y ellos no las tienen. Se esconden en el laberinto de sus desaciertos. Imposible poner pretextos ante una diferencia tan abismal con los morenos.
Son dueños de la nada, del pasado triunfador. Recogen sus desechos anunciando desde ahora una grandísima y poderosa alianza para las elecciones futuras, pero cuando la tuvieron en sus manos simplemente cayeron en la seducción de la codicia.
No se ve por dónde comenzará la reconstrucción de una oposición arrinconada, con el rostro pegado a la pared. ¿De dónde saldrá ese gran líder, la piedra a partir de la cual se reconstruyan los adversarios del régimen desde sus escombros para pelear si quiera con decoro la elección del 2024?
Hoy no tienen pies ni cabeza. Más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja…
La Morralla
En la otra cara de la moneda, feliz, feliz, se ve al gobernador Adán Augusto. Se dispone a cerrar la primera mitad de su sexenio con absoluto control político *** Anote al diputado electo y próximo presidente de la Cámara de Diputados, Jaime Lastra Bastar, como gallo por la gubernatura. Será una de las barajas de Morena para la sucesión estatal ***Otro nombre importante en la esfera del poder es Enrique Priego Oropeza, presidente del Tribunal Superior de Justicia. No lo pierda de vista porque sabe hacer política.