Paseo Dominical
Después de las campañas políticas y pasado el día de la jornada electoral, el estado de Tabasco comenzó a teñirse de rojo hasta alcanzar el rojo intenso en estos últimos días de junio. El promedio diario de contagios es de más de 300, casi 400 casos, cifra similar a la de los días en que estábamos en semáforo rojo. Luego entonces, las autoridades del estado podrán decir misa, pero la realidad es que los ciudadanos no deben esperar a que el gobierno de Tabasco les salga a decir en unos días más que entramos a semáforo rojo, porque la verdad, la verdad es que “ya estamos en semáforo rojo”.
Tabasco como León Guanajuato.
La vida no vale nada en Tabasco. Lo que pasa es que a los gobiernos les conviene no pasar al semáforo extremo a fin de no desembolsar recursos, de no apoyar a la población ni a los comercios ni a empresarios con programas económicos en caso de volver a imponer medidas restrictivas para combatir el Covid-19. Les conviene a ellos jugar con su dichoso semáforo naranja, aunque pongan en riesgo la vida de miles de ciudadanos que tienen que salir a las calles en busca del sustento diario. Así, en esta crisis sanitaria que no termina y se agudiza, para los gobernantes y políticos primero está la economía, los negocios, luego, claro, la salud de los tabasqueños, esa es la propuesta de la gloriosa Secretaría de Salud, desde luego, iniciativa ordenada por quien tiene el timón del gobierno.
Póngase a salvo
Por eso, si no tiene a qué salir, lo mejor es seguir guardado en sus casas porque los contagios están al rojo vivo, al grado de figurar Tabasco entre las cinco entidades en el país con los mayores números de infectados, después de las campañas políticas. Si por necesidad debe andar en las calles, ya sabe lo que debe hacer: mascarilla en todo momento, traer su gel y usarlo cada vez que toque una superficie, evitar reuniones en lugares cerrados, así como despojarse de su ropa y bañarse apenas llegue a su domicilio. Señores, ya estamos en semáforo rojo, baste con revisar los contagios diarios de hoy, con las cifras aquellas que nos instalaron en ese parámetro el año pasado.
Toca esperar en algunos casos
Las elecciones ya pasaron, los organismos electorales cumplieron con dar a conocer sus cifras y, los candidatos que no aceptaron los resultados en entidades y municipios están en su derecho de acudir a los tribunales, interponer sus recursos de inconformidad, aportar pruebas para que los magistrados resuelvan y den a conocer el fallo definitivo e inapelable. Es lo que suele ocurrir en cada elección, por lo que, en varios lugares, como Campeche, por ejemplo, lo mismo que en algunos municipios de Tabasco, toca esperar el fallo final. Porque el hecho de que algunos ganadores ya tienen en su poder incluso el acta de alcalde o gobernador electo, no es una garantía. Si los tribunales comprueban que hubo fraudes, pueden anular las elecciones. Recuerden diciembre del año 2000 en Tabasco, cuando Manuel Andrade del PRI, ya era gobernador electo, sin embargo el Trife le tumbó su triunfo, se anuló el proceso electoral y se repitió la elección entre Andrade del PRI, y Raúl Ojeda del PRD. Lo demás ya es historia conocida.
El derroche de agosto
En agosto es la consulta relacionada con los ex presidentes de México, un ejercicio que, aunque se le quiera dar tinte democrático, en realidad es una consulta inútil que dejará escandaloso derroche de recursos públicos que bien se podrían usar en medicamentos que tanta falta hacen en los hospitales del país. Y es que cuando los presidentes de esta nación toman protesta frente a los mexicanos en el Congreso de la Unión juran “cumplir y hacer cumplir las leyes”, y es lo que debe hacer el presidente López Obrador, sin darle tantas vueltas a la hilacha. Si los ex presidentes de México: Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto cometieron delitos, que los enjuicien y, si se les prueban, que los encarcelen. Esa es la solución lo demás es desgaste, una acción inservible al país. Por eso no son pocos mexicanos, los que tienen el cerebro en su lugar, los que opinan que la cacareada encuesta en realidad es sólo un show, otro espectáculo del régimen, algunos hasta la califican de “la payasada del Palacio Nacional”, y tienen razón, pues ¿quién en su sano juicio se tomará la molestia de ir a votar para defender a los ex presidentes? Si tan malos gobiernos fueron aquellos del pasado, como el que estamos viviendo en este presente.
Ganará el abstencionismo
En las elecciones del pasado 6 de junio, de acuerdo a las cifras del Instituto Nacional Electoral (INE), la participación ciudadana fue de 52.6 por ciento del padrón electoral, de tal modo que los votos en las actas computadas fueron 49 millones 151 mil 320 , una cifra aceptable si la comparamos con otras elecciones intermedias. Si tiene usted donde anotar en este momento, en una libreta, pedazo de papel o servilleta anote el porcentaje y compárelo en agosto con los que saldrán a sufragar en la dichosa consulta para enjuiciar a los ex presidentes. Desde ahora les anticipamos que ganará, y por mucho, el abstencionismo. Además, servirá para medir el verdadero poder de convocatoria de este capricho presidencial.
Seremos como Dinamarca
Una buena del presidente. Ayer en San Quintín, Baja California, el presidente López Obrador, al inaugurar una ampliación del Hospital Rural San Quintín IMSS- Bienestar, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que “retomará su plan original de consolidar un solo sistema de salud en el país, por lo que le va a confiar al Instituto Mexicano del Seguro Social todos los hospitales que fueron abandonados y se están recuperando (terminando y equipando), para que al finalizar su administración sean 200 espacios de este tipo los que atiendan a la población que no cuenta con seguridad social”. (La Jornada-26-06-2021).
Y, hasta el próximo Paseo Dominical.