GUAYABERA POLÍTICA

Una de las expresiones -entre varias, debo decir- que con mayor satisfacción, con gusto pleno pronuncia frecuentemente el gobernador Adán Augusto López Hernández, es la de que durante su sexenio, “a Tabasco le va a ir bien”.

La última vez que la externó, fue este fin de semana en Puerto Ceiba, Paraíso, en donde alentó inversiones considerables de un grupo destacado de empresarios, inauguró un buen número de obras y anunció que habrá -¡Por fin, por fin!- ferrocarril Estación Chontalpa-Dos Bocas, obra que recibirá una inversión de 4 mil millones de pesos, postergada, por cierto, desde los tiempos del ingeniero Leandro Rovirosa Wade (1977-1982).

Razones, argumentos, le sobran al Ejecutivo para afirmar con gusto, repito, que los buenos tiempos han llegado a Tabasco y que no se regateará esfuerzo alguno para que los proyectos y programas, los planes, cristalicen en realidades tangibles en contribución efectiva con el mejoramiento de los niveles de bienestar de la población.

No se puede negar que se trabaja en todos y cada uno de los municipios, aún con las fallas y abusos registrados en algunos de ellos y que en lo sucesivo se responderá a la confianza ciudadana con mayor intensidad, disciplina, honradez y, por supuesto, con absoluta coordinación entre los tres niveles de gobierno, una vez que los nuevos alcaldes entren en funciones en octubre próximo. Y a eso vamos.

A eso vamos, amable lector, porque si los nuevos alcaldes no llegan a sus cargos muy conscientes del momento que vive la república, el impulso desde la gubernatura para acelerar el desarrollo y el progreso de la entidad, para que a Tabasco efectivamente le vaya bien, podría sufrir retrasos y los morosos e irresponsables hacerse acreedores a penalidades; no obstante, todos parten con el beneficio de la duda a favor, aun cuando ya, desde mucho antes, se conociera la capacidad, la experiencia y la entrega de alguno de ellos para arrojar excelentes resultados.

Es el caso de la maestra en administración, Yolanda Osuna Huerta, alcaldesa electa de Centro, que no sería la única, habrá otros y otras, varios, hay que decirlo pues no se quiere caer en desconsideraciones de ningún tipo.

Yolanda Osuna Huerta, aparte sus cualidades personales como experta en administración pública, cuenta ahora con la enorme y muy especial distinción de contarse entre los candidatos que mayor número de sufragios contaron a favor en el país -132,200-, el pasado 6 de junio, aparte el hecho, de suyo significativo, de haberles ganado la partida a dos ex gobernadores.

Comienza, pues, a hablarse, a reconocerse con respeto absoluto, que Osuna Huerta –“Mis propuestas son compromisos”-, fue la candidata que imbuyó mayor confianza entre los ciudadanos y garantizó mayor seguridad en el sentido de que Centro será gobernado con honradez y prudencia, con acciones basadas en la experiencia, el conocimiento de los problemas y de la administración y en la autoridad moral que se posee.

Osuna Huerta comprobó durante su campaña que las reuniones, aunque no fueron masivas, como otras, contaron en términos electorales porque los asistentes a ellas estuvieron identificados con la candidata, con ella, y concurrieron para manifestarle la seguridad de su voto solidario y apoyo y para conocer, cara a cara, las propuestas y estrategias que les presentaba para superar carencias y satisfacer necesidades pendientes de solucionar.

Lo que pocos políticos logran y menos durante una campaña de proselitismo electoral, en la que abundan la fantasía y promesas inimaginables, fue logrado ahora, o sea que el ciudadano vio a una candidata con confianza, respeto y hasta con admiración. No exagero.

No exagero ni miento, amable lector. Miles de páginas se han escrito en Tabasco, en México y en el mundo entero, sobre la crisis prevaleciente en el ámbito de la confianza ciudadana en los políticos y en la política.

Hechos de los más condenables ejecutados por políticos de todos los tiempos y de todos los lugares, han dado al traste con el alto valor de la política, con la dignidad con que debe de ejercerse para bien de la sociedad.

Yolanda Osuna Huerta, sabe de valores morales, políticos, sociales, familiares. Sabe de principios, Los tiene. Por ello durante su carrera política que la ha llevado a ocupar muchos e importantes cargos de administración dentro del poder ejecutivo estatal y federal, ha ejercido la política con integridad y honradez. Y los ciudadanos de Centro sabían esto, lo siguen sabiendo, y la ayudarán indudablemente a que no desmaye, a que no tuerza el camino.

De tal manera que si por cuanto hace al Ejecutivo, a Tabasco le va a ir muy bien durante este sexenio, como asegura el Gobernador López Hernández, no le queda a usted la menor duda de que por cuanto interese a Centro, en lo particular, bajo la guía de Osuna Huerta, no le irá nada mal. Digo.

Por Guillermo Hubner

GUILLERMO HÜBNER DÍAZ. Nació en la Finca Morelos, Ranchería Torno Largo, Paraíso, Tabasco (Marzo 17 de 1942). Es reportero desde hace 56 años, inició su carrera en el Distrito Federal en el Semanario PIONERO del también tabasqueño Francisco Peralta Burelo. Fue reportero de la revista INICIATIVA de circulación nacional, bajo la dirección de Mario Huacuja Betancourt y de El UNIVERSAL, el Gran Diario de México. Fue redactor de noticias de la división de Radio y Televisión de NOVEDADES DE MEXICO. Ha sido dirigente gremial, fue presidente de Unión de Periodistas de Tabasco, fundador y presidente de la Unión de Periodistas Democráticos de Tabasco y presidente del Bloque Sursureste de la Unión de Periodistas Democráticos. Actualmente es tesorero del Club de Periodistas de Tabasco. En Tabasco ha sido reportero de los principales diarios y editorialista de varios espacios radiofónicos. Fue Jefe de Redacción del diario Presente en funciones de Subdirector lo mismo que en el matutino Rumbo Nuevo. Es autor de la columna política GUAYABERA POLÍTICA, el espacio de opinión periodística con mayor vigencia en el país, fundada en febrero de 1972. Ha recibido entre premios por su trabajo y reconocimientos por su larga trayectoria profesional, 17 preseas, 11 estatales y 6 nacionales. Sus colegas lo honran considerándolo el Decano de la prensa tabasqueña.