CARTA ABIERTA
Los últimos reportes indican que la alcaldesa de Cunduacán, Nidia Naranjo Cobián, está poniendo todos los obstáculos posibles para entrampar la entrega de la administración al próximo presidente municipal, Jesús el ‘Chelo’ Cano.
Como una mala perdedora, la morenista no sólo se ha negado a entregar la información completa, sino que ha actuado con incivilidad y altanería, dolida por la sorpresiva derrota ante el candidato independiente, el primero en la historia de Tabasco en ganar una alcaldía por esta vía electoral.
Fuentes confiables cuentan que los funcionarios del Ayuntamiento llegan tarde a las citas programadas, regatean documentación importante sobre el estado financiero del Gobierno y, por si fuera poco, actúan de forma despótica. Todo por órdenes de una alcaldesa carente de empatía con los ciudadanos y de algún viso de inteligencia o profesionalidad.
En efecto, los ciudadanos de ese municipio le dieron el triunfo al ‘Chelo’ Cano con la esperanza de terminar con la dictadura de la administración vigente, sujeta siempre a los caprichos y los vaivenes de carácter de la presidenta municipal. Por eso se comenta que el perdedor del 6 de junio no fue el candidato de Morena, Óscar Enrique Ramos Méndez, sino la señora Naranjo.
Y es debido a su presión que Morena ha impugnado los resultados electorales. Naranjo espera que los tribunales reviertan la victoria del ‘Chelo’ Cano y así garantizar cobijo ante posibles indagatorias sobre el manejo de los dineros públicos. Se dice que el delegado del CEN de Morena, José Antonio Alejo, entiende muy bien lo difícil que será ganar la impugnación, pero lo ha hecho a fin de hacer valer los derechos que la ley les otorga en estos casos.
Ante la mezquindad de la alcaldesa, el presidente municipal electo ha pedido a su equipo guardar las formas y evitar caer en provocaciones. Eso sí, les ha ordenado tomar nota de cada uno de los incumplimientos de la otra parte, a efecto de que toda irregularidad sea denunciada en su momento. Esto indica que el ‘Chelo’ no quiere guerra sino paz y que se conduce por los caminos de la civilidad política, esa que tanto escasea en estos tiempos tan convulsos. Ya había dado una muestra de ello cuando el día siguiente a la elección subió un tuit que dio muestras de su actitud dialoguista: “Hoy, Tabasco es ejemplo de democracia en el país; aquí en la tierra del presidente Obrador se da la primera alcaldía independiente en la historia de Tabasco. Agradezco a las instituciones, así como también a la imparcialidad del señor gobernador Adán Augusto. Ganó ¡Cunduacán!”.
En fin, la señora Naranjo ha encendido un pequeño infierno en Cunduacán, nombre que proviene de los vocablos mayas cum-ua-can, que significan “lugar de ollas, pan y culebras”. Y parece que alguien simpatiza con esta última palabra.
: ¿DÓNDE QUEDÓ LA BOLITA?
Un año y dos meses después de que la alcaldesa de Jalapa, María Asunción Silván Méndez, renunciara tras ser acusada de corrupción, nada se ha sabido acerca de alguna posible investigación o castigo.
Por el contrario, siete de los catorce regidores que exhibieron públicamente sus malos manejos están ahora mismo marginados de Morena, como si ellos hubieran sido los culpables del desfalco.
Entre los valientes regidores que denunciaron el faltante de 32 millones de pesos del presupuesto 2020 están Marisela Méndez Méndez, María Fernanda Moreno Evoli, Elva Noemí Hernández Pérez y Elio Guzmán Magaña.
En su oportunidad, se supo que la entonces alcaldesa trató de sobornarlos para cubrir las anomalías, pero ellos se negaron, pensando que su partido los respaldaría. Si bien se logró su renuncia, el partido vinotinto les ha dado la espalda, cuando en realidad actuaron con apego a los principios enarbolados por el presidente Obrador y la 4T.
Aunque en su momento se habló de abrir una investigación por parte del Congreso, con la adición de ser expulsada del partido, no ha sucedido ni lo uno ni lo otro. Mientras María Asunción Silván Méndez goza de apacibilidad, los valientes regidores que la denunciaron están en capilla, marginados por un partido que les exigió como norma denunciar la corrupción. Eso hicieron, pero así de mal les ha ido.