CARTA ABIERTA
Por azares de la idiosincrasia tabasqueña, la política ha sido siempre el tema principal de conversación en las calles y en los medios informativos. Por desgracia, pocas veces se voltea la mirada hacia otros temas de igual o mayor relevancia. Este es el caso de la obra pública, motor de la economía y generadora de miles de empleos.
Por ejemplo, en mayo quedaron habilitadas las primeras dos etapas del distribuidor vial de Universidad, la obra incumplida por Enrique Peña Nieto y cuya inversión se estima en 600 millones de pesos. Contra lo que algunos suponen, los recursos son en totalidad del Gobierno estatal, producto de los ahorros generados por la política de austeridad aplicada desde inicios del sexenio.
En lo que interesa a los ciudadanos, ahora se transitan los puentes de la avenida Pagés Llergo y Ruíz Cortines con dirección a la avenida Universidad en menos de 90 segundos cuando antes tomaba varios minutos. La tercera etapa se abrirá a fines de año
A la par, está en proceso el segundo distribuidor vial construido con dinero estatal en este sexenio: el de la colonia Guayabal; sí, otra de las promesas incumplidas por el expresidente Peña, con todo y haberla firmado ante notario público. En su primera etapa tendrá una inversión de 173 millones de pesos.
En ambos casos, como en el resto de la obra pública estatal, participan empresas tabasqueñas, se adjudican por medio de licitaciones públicas y se crean miles de fuentes de empleo. Todo ello tomará un nuevo impulso en 2022, con la construcción del drenaje pluvial y el drenaje sanitario de Villahermosa, dos proyectos multimillonarios.
De acuerdo a datos de la Cámara de la Industria de la Construcción, en este y el año próximo se invertirán cinco mil millones de pesos en obra pública federal y estatal con tres mil empleos directos y otros más indirectos. A las plantas potabilizadoras, los distribuidores viales y el mejoramiento de la infraestructura carretera se integra la remodelación del estadio olímpico de Villahermosa.
El titular de SOTOP, Luis Romero Gurría, ha explicado que la Sedatu contempla a ocho municipios en el Programa de Mejoramiento Urbano, PMU, con una inversión millonaria. Es decir, Balancán, Centro, Comalcalco, Huimanguillo, Jalpa de Méndez, Paraíso, Teapa y Tenosique tendrán el mejoramiento integral de barrios, la rehabilitación y mejoramiento de espacios públicos, desarrollo de equipamiento y generación de vivienda urbana para ciudadanos de bajos recursos.
De acuerdo a una información publicada en el diario Novedades, en la CMIC Tabasco hay 480 empresas afiliadas y de ellas el 95% tiene menos de 10 empleados, es decir, son MiPyMEs y muchas de ellas participan en las licitaciones para tener esa reactivación económica tan ansiada en plena época de pandemia.
Es muy posible que esta reactivación de la obra pública, de la que muy poco se habla o escribe, sea la razón de que el IMSS haya situado a Tabasco en el primer lugar nacional en recuperación de empleo formal al cierre de junio. Por ejemplo, entre diciembre de 2019 y junio de 2021 se ha tenido 23 mil 773 nuevos registros patronales de trabajos, un aumento del 13.9 por ciento. Nada mal para un estado que fines del sexenio pasado estaba en los últimos lugares en estas estadísticas.
La frialdad de los números, esa que no entiende de siglas partidistas o discursos políticos, señala que Tabasco que se colocó en primer lugar en el ranking nacional, superando a Baja California, Nayarit, Chihuahua, Nuevo León, Querétaro, Sonora, Tlaxcala, Colima y San Luis Potosí, entre otros.
Quizá sea aún muy pronto para cantar victoria, pero el gobierno de Adán Augusto ha comenzado a dar resultados en cuanto al crecimiento de la obra pública, generación de empleos y la mejora de la economía en general.
Por lo que se observa, la inversión pública, acompañada también de la privada, será fundamental para lograr las metas de crecimiento trazadas a inicios del sexenio. Después de todo, parece que comienza a verse la luz al final del túnel.