DE PRIMERA MANO
Este martes Tabasco registró la cifra más alta de contagios de Covid-19 en 2021, en la llamada tercera ola de la pandemia, que viene a ser la segunda mayor cifra en lo que va de la emergencia sanitaria. La situación, sin embargo, no ha provocado una reacción inmediata de las autoridades para alertar a la ciudadanía de que la muerte está tocando de nuevo nuestras puertas.
¿La vacunación ha provocado que la sociedad se confíe y relaje las medidas de protección como la sana distancia?
También antier en México se contabilizó el segundo mayor número de casos positivos en lo que va del desastre sanitario.
Acaso esta ecuación pueda usarse en descargo del gobierno estatal, que de esa manera puede argumentar que no se trata de un asunto que se presente nada más en la entidad, sino que es un rebrote tanto nacional como mundial.
En realidad, Tabasco es un estado que poco caso le ha hecho caso al llamado de las autoridades para mantener el confinamiento hasta donde sea posible. Esto es, hay actividades, como el trabajo, que no pueden relegarse, pero sí se puede –por ejemplo– dejar de hacer fiestas mientras se logra controlar la enfermedad del siglo.
El domingo 12 de julio de 2020, hace un año y 15 días, en la entidad se presentaron 497 contagios en 24 horas, la mayor cifra desde que empezó la contingencia por el coronavirus.
Antier hubo 475 positivos en un día, la cifra más alta en lo que va del año y de lo que se conoce como la “tercera ola”.
Quizá la diferencia sea, y quizá por eso el exceso de confianza, es que han disminuido los índices de mortalidad. O sea, el año pasado moría más gente que en 2021, lo que responde a la vacunación masiva.
Estamos a 22 casos de volver a estar en aquella situación, que era de verdadera emergencia y que mantenía a la tierra del presidente Andrés Manuel López Obrador en los primeros lugares de contagios y mortalidad en el país.
Pero a diferencia del año pasado, esta vez no se ha visto a la Secretaría de Salud emprender campañas de concientización.
De hecho, han sido pocas veces, pero muy pocas, en que la titular del ramo, Silvia Roldán, ha aparecido en algunos medios.
Es como si de pronto autoridades y sociedad estuvieran resignados a esperar que pase lo que tenga que pasar si no se le imponen barreras de protección al virus.
Vaya, hasta donde se ha podido conocer, ni siquiera se ha pensado en volver a reconvertir hospitales para atender a los pacientes que ya empiezan a requerir atención médica.
Mientras tanto, los rumores empiezan a ganarle la partida a la información oficial, pues a diario las redes sociales se llenan de versiones falsas sobre contagios masivos de personal médico en los principales nosocomios tabasqueños.
La poca información sobre el nuevo rebrote se obtiene al azar en las herramientas de internet, ya que las cuentas en redes sociales de la dependencia del ramo son insuficientes para neutralizar el bombardeo de ‘fake news’.
Es cierto que la mayor responsabilidad de protegernos corresponde la ciudadanía, pero siempre son bienvenidas las medidas coercitivas para quienes estén evadiendo su parte y con ello afecten a terceros.
¿Tanto puede afectar a la imagen gubernamental prohibir las reuniones sociales, por ejemplo?
Ayer el gobernador Adán Augusto López Hernández señaló que la entidad se mantendrá en semáforo naranja, no en rojo como debiera ser.
Esto va para largo, dijo