Carta Abierta
Los casi siete millones de votos obtenidos en la consulta popular del domingo pueden sonar a fracaso, pero en Morena lo ven como el voto ‘superduro’ que podría inclinar la balanza en los comicios presidenciales de 2024, esos que cada vez están más y más cerca.
El casi ocho por ciento de los ciudadanos del país que acudió a las urnas es ‘oro molido’ para Morena, porque son quienes apoyan al presidente de pies a cabeza, los que han estado con él en las buenas y en las malas en lo que va de su Gobierno.
Ese porcentaje de votantes es el que le respaldó en la consulta sobre la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México y el que le dio, en buena medida, los positivos resultados en la elección del 6 de junio.
Aunque el 92 por ciento de los inscritos en el padrón electoral del país se abstuvo de sufragar en la consulta para enjuiciar a los expresidentes, el ocho por ciento decidió hacerlo, mostrando así un apoyo total, incuestionable, al huésped de Palacio Nacional.
Esta cifra cobra relevancia porque podría significar la diferencia entre ganar o perder en 2024. En el entendido de que los comicios presidenciales serán muy competidos ante el avance que la oposición tuvo el 6 de junio en la votación general, siete millones de boletas son muchas boletas. Las suficientes para declarar a un ganador presidencial indiscutible.
En el recuento de los daños tras los magros resultados de la consulta ciudadana del 1 de agosto, esos siete millones de ciudadanos se están guardando en Morena como si fueran diamantes. Por eso es que el presidente Obrador la ha calificado como “transcendente” y como un “triunfo” a pesar de haberse alcanzado poco menos del ocho por ciento de participación del padrón electoral.
Este pequeño gran detalle de votantes es el que no se ha valorado lo suficiente al momento de sacar las cuentas del domingo. Por eso es que en Morena hay una pequeña sonrisa porque de alguna forma se sabe que el voto ‘superduro’ no se moverá hasta los próximos comicios.
Por lo demás, Obrador ha advertido a los expresidentes “no confiarse” porque aún está la ley para proceder en su contra si es que hay algún delito. Sin embargo, la percepción general es que Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña han salvado el pellejo.
De forma particular, Fox y Calderón se burlaron en las redes por la poca participación ciudadana, recordando su pronóstico de que sería un fracaso. Pero no dicen que el 90 por ciento votó a favor de investigarlos.
Por eso es que en el aire ha quedado un resabio al entenderse que la mayoría de los ciudadanos está de acuerdo en juzgar a los expresidentes culpables de algún delito durante su mandato. La sociedad en general sabe muy bien que en los pasados sexenios se cometieron abusos y que por lo mismo deberían ser investigados. Esta es la paradoja que ha dejado la consulta popular: una raquítica participación con una abrumadora mayoría a favor de llevarlos a juicio.
Por lo demás, los siete millones de ‘obradoristas’ están listos para apoyar al presidente en la revocación de mandato, en 2022, y en las próximas elecciones presidenciales. De ahí la sonrisa irónica del presidente en la mañanera que el lunes dio desde Puerto Vallarta. Algo sabe que el resto no ha alcanzado a descifrar con la frialdad necesaria.
: CON LA ESPADA DESENVAINADA
El dirigente priista Dagoberto Lara calificó de “fracaso” la consulta popular. Consideró que es reprobable que el partido oficial se cure en salud de su derrota echándole la culpa al INE y a la oposición, cuando lo que han recibido desde la tierra del presidente de la República, con un padrón electoral de un millón 754 mil 692, es el rechazo del pueblo “noble y sabio”.
Por medio de un comunicado, dijo que los resultados fueron pírricos, dejando sólo más división entre los mexicanos. La consulta, agregó, fue un termómetro de la participación ciudadana sin coacción y deja claro que “en Tabasco empieza la crónica de una derrota anunciada”.
Lo dicho, Dagoberto Lara sigue con las lanzas en alto, aunque aún sigue pendiente su promesa de expulsar a los traidores del 6 de junio.