El TioVivo
fernando.valdesleyva@hotmail.com
@Fer_valdesleyva
Antes de darle vuelta a la hoja al tema de la consulta del pasado domingo, habría que revisar qué fue lo que realmente pasó. Cada quien tiene su versión de los hechos y una gran mayoría de ciudadanos quizá no hayan valorado la trascendencia del resultado de un ejercicio muy importante, pero que fue terriblemente desperdiciado.
Vayamos por partes, el intento de consultar a los ciudadanos en la toma de decisiones trascendentales para la sociedad, no puede estar sujeto a los vaivenes de la politiquería partidista ni sucumbir ante los intentos de manipular la voluntad de las mayorías.
La consulta de domingo nunca debió haberse llevado a cabo, al menos no como fue realizada, porque no respondía a un tema que estuviera en la agenda de una sociedad que está ocupada en cosas más trascendentales para su vida cotidiana. La consulta ciudadana es un método fundamental para la participación democrática, por lo que no se le debió haberle quitado su importancia con eventos como el que vivimos.
Más que una consulta, fue un intento, fallido, de canalizar el rencor social hacia figuras del pasado como los ex presidentes, para que la opinión pública descargara sus fobias hacia ellos, que además están prácticamente, más allá del bien y del mal, metidos en sus asuntos y salvo Calderón que sigue jugando a las vencidas, viven sus vidas sin meterse en las decisiones del presente.
Pero fue también una oportunidad más para enfrentarnos los unos a los otros. De nuevo el ejercicio de consulta se convirtió en un campo de batalla entre los que apoyan al presidente y su cuatroté y los que están en contra. Los pocos que salieron a las urnas lo hicieron para demostrarle su incondicional afecto al presidente (unos cuantos) o porque por conveniencia (la gran mayoría de ellos) tenían que demostrarle a su partido que habían hecho la tarea de “no fallarle al jefe”.
¿Y la gente? Pues prácticamente todos estaban más ocupados en otras cosas que en la votación. Las imágenes de las largas filas en el puesto de barbacoa, que se hicieron virales en la jornada dominical, hablan por sí solas de lo que la sociedad piensa del tema de la consulta. No es que no quiera participar en la toma de decisiones, es simplemente que entendió la intrascendencia del asunto.
La lección ahí está para el que la quiera entender. Si prostituimos un ejercicio tan importante como la consulta ciudadana, cuando realmente exista una convocatoria legítima para su aplicación, ya estaremos escépticos del alcance de sus resultados…
Antes de bajarnos del caballito…
Triste noticia la muerte del amigo y compañero Eduardo Salinas Pérez. Siempre inquieto, siempre crítico y mordaz. El gremio te va extrañar Lalo, hasta pronto