EL TÍO VIVO

A casi una semana de la entrada en vigor de las nuevas disposiciones de movilidad publicadas en el decreto que el gobierno del estado dio a conocer para contender los efectos de la pandemia y que limitan la circulación de personas después de las 11 de la noche, la experiencia que han vivido quienes por alguna razón han tenido que circular fuera del horario permitido, es casi la misma: “todo se arregla con una lana”.

La autoridad dispuso la instalación de retenes en las entradas a la ciudad, principalmente, para vigilar que la disposición se cumpla, pero esto ha generado que quienes sí tienen la necesidad de circular, en su mayoría por asuntos laborales, sean revisados en estos puntos de control y encontrarse con la intransigencia de algunos agentes que mal entendieron la instrucción y quieren a fuerza, ganarse un extra, pidiendo dinero para evitarle al ciudadano “mayores problemas”.

El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Hernán Bermúdez Requena, enfáticamente dijo que no tolerará que agentes intenten extorsionar a algún transeúnte y menos a quienes por razones justificables tengan que hacer uso de las vías públicas en los horarios marcados como restringidos.

Mano dura, nos dijo en una charla informal, para los elementos de la corporación que no sean empáticos con la población. El funcionario famoso por sus expresiones enérgicas de “¡te voy a educar!” cuando hace poco más de un año encabezaba operativos para invitar a la gente a usar cubre bocas, insiste en que debe de imperar el criterio a la hora de realizar las revisiones de rigor.

La invitación, es para que la gente denuncie, inclusive de manera anónima, a aquellos que quieran sacar provecho personal de una medida que busca, antes que nada, inhibir los contagios, en una época registrada ya, como la de más casos contabilizados de Covid, desde que inició la pandemia. Vivimos en un estado de derecho y por lo mismo, no podemos ser rehenes de alguien que, con uniforme, intente aplicar “su ley”, por encima de la instrucción de sus superiores…

Antes de bajarnos del caballito…

La discusión sobre la viabilidad o no del regreso a clases presenciales, se intensifica cuando escuchamos que dentro de las cifras de contagios de coronavirus que a diario da a conocer la Secretaría de Salud, se incluye a un número considerable de menores de edad, en comparación de lo que ocurría en meses anteriores. Una condición que no puede pasarse por alto es la salud de nuestros hijos, por lo que, llueve, tuene o relampagueé, tenemos el derecho y la obligación de poner su bienestar por encima de todo. Las condiciones no son las adecuadas y esta claro que ningún padre con tantita responsabilidad y buen juicio, quiere exponer a su familia. Una cosa es lo que digan en las mañaneras y otra lo que se decida en casa…