¡Buen miércoles!
«Quien no piensa, copia, imita”, reflexiona el ex gobernador
- Habla de de educación, de música, de los libros, del Papa
- Cada visita a Tabasco, un abrazo a la ceiba
(Segunda y última parte)
Don Enrique González Pedrero desayuna y comparte sobremesa con sus amigos. Se le acercan políticos de viejo y nuevo cuño, todos a reconocerle su trayectoria. Buscan la foto del recuerdo. Todos quieren una junto a él.
-También se puede tomar con eso que está de moda- dice don Enrique a uno de sus acompañantes al tiempo que extiende el brazo derecho.
-Una selfie… con un palo- le responden.
-Ándale, así- coincide don Enrique y enseguida se sueltan las risas.
En la entrevista, el ex gobernador de Tabasco habla de la educación, tema que maneja con profundo amor, visión y convicción.
“Para mejorarla se necesita una política educativa permanente. Hemos tenido muy buenos Secretarios de Educación, pero son esporádicos; en esos lapsos con Vasconcelos y con Torres Bodet la educación avanza en el país, pero llega el siguiente lapso y cambian las cosas; no ha habido una educación continua, permanente”.
Considera esta intermitencia como uno de los factores del problema educativo en el país:
“No se aprovecha esa riqueza natural que tenemos en nuestra población, que es una población en términos generales inteligente, capaz, pero que requiere de formación, porque educar es formar, (y lamentablemente) se desperdiga y se pierde la mayor riqueza del país”.
Don Enrique abandera la causa de las letras y en la respuesta dicta cátedra a los nuevos políticos cuyo abuso del lenguaje agravia la sintaxis: “Lo que hace falta es que sea permanente y continua la política educativa, y no digo política pública porque eso es un pleonasmo, la política es pública, política viene de polis: la plaza de la ciudad donde se reunían los ciudadanos”.
Quien no piensa, copia
Da un giro a la perspectiva académica, de la visión institucional a la visión de maestro en el aula:
“Tenemos que enseñar a pensar, enseñar a hablar, enseñar a escribir, enseñar a plantear los problemas que se le van presentando a uno para buscar las soluciones adecuadas a ese problema. Quien no piensa, copia, imita a los que ve que han tenido éxito en la vida, entonces trata de ser como aquél, copiar a aquél, pero no le copia lo fundamental que es la inteligencia que tiene aquella persona que por alguna razón triunfó en la vida, por un conocimiento de su profesión y que se ha desarrollado exitosamente”.
De tal manera –insiste el intelectual tabasqueño- además de enseñar a hablar correctamente, porque quien habla correctamente piensa correctamente, además de enseñar a escribir correctamente, hay que enseñar a plantearse los problemas que se presentan y a tener una idea de cómo se pueden resolver esos problemas, porque la vida va planteándole a uno sucesivamente muchos problemas, pero los que saben pensar y saben plantearse los problemas, saben salir adelante.