GUAYABERA POLÍTICA

Vicio añejo –tanto como nocivo-, dentro de los tres órdenes de Estado, pero sobre todo del municipal, ha sido y es el condenable “borrón” que muchos políticos en funciones dan a programas benéficos por el simple hecho de concluir un período constitucional y comenzar uno nuevo y, según su filosofía, el que sale no tiene por qué dejar las cosas en orden y el que entra piensa que no debe de darle crédito o brillo a lo hecho por el antecesor.

Cientos, miles de millones de pesos, van a la basura por este simple hecho, nocivo, como el que más, de políticos irresponsables que por egoísmo, en primer lugar, pero también por la enorme ignorancia que les impide ver más allá de sus narices, inician derrumbando una construcción para comenzar otra sobre los escombros o concluyen en el mayor desorden posible para que el entrante tropiece desde los primeros días de su gestión. Y así… Así.

Con el dinero que a través de muchos trienios se despilfarró –o de plano se malversó- en la construcción y destrucción sucesiva del parque central de Comalcalco, por ejemplo –y el mismo fenómeno en otros municipios en los que esta práctica incluyó puentes, calles, casas para el maestro, etcétera-, se pudo haber atendido un buen número de problemas, urbanos y rurales, que en su momento reclamaban solución y que tuvieron que esperar mejores tiempos para verse superados.

Y de obras y programas interrumpidos, cancelados o destruidos, sobran ejemplos…

(Hubo aquí gobernador que a poco de tomar posesión del cargo declaró a un grupo de íntimos que su gobierno no invertiría un peso más “iluminando ranchos”, en alusión al bulevar que conduce al aeropuerto, también definiría ante sus amigos que “el erario no era la bolsa”, porque el antecesor depositó en bancos sumas millonarias del presupuesto para destinar los intereses a la construcción de unos puentes.)

Los ejemplos de estas acciones sobran aquí, allá y en cualquier parte de México y es a este problema, seguramente, cree el reportero, al que se refiere con frecuencia el Presidente Andrés Manuel, al asegurar que su gobierno no dejará obras inconclusas ni emprenderá alguna que no represente utilidad indiscutible para la sociedad.

Ojalá aseguraran lo mismo los alcaldes que están a punto de salir de los palacios municipales y no vaya a ocurrir que los que ya se encaminan a tomar posesión, tengan que utilizar parte de sus presupuestos para concluir lo que sus antecesores dejen a medias.

No habría razón para ello dado que el ex gobernador Adán Augusto López Hernández (y seguramente el capitán Carlos Merino Campos, hará lo propio) aseguró que el gobierno del Estado daría su apoyo para que los ayuntamientos dieran el último estirón y cerraran su gestión con “broche de oro”.

Queda claro, pues, que los calendarios políticos y cambios administrativos, no deben de afectar el desarrollo de los pueblos porque demasiados rezagos se traen ya como para que se sigan acumulando a consecuencia de viejas prácticas y costumbres y de aquellas expresiones como la de que “el que venga atrás que arree”.

Los alcaldes que se van deberán de informar al pueblo en los próximos días, ojalá que los documentos presentados al Cabildo y al pueblo de cada municipio, sean resúmenes de compromisos cumplidos, no retórica acostumbrada para salir del paso.

Lo mismo quienes arriban al poder, deberán de tener presente que estos no son tiempos de vacaciones sino de trabajo intenso y ocasión para renovar y empezar a çumplir los compromisos adquiridos en campaña, acompañados de las mejores mujeres y los mejores hombres, imbuidos todos de la importancia que representa el ejercicio de la función pública basado en la planeación, lejos de las ocurrencias y la inmediatez, planeación que lleva de la mano la evaluación de resultados que aseguren el desarrollo de los pueblos y el progreso de sus integrantes.

Los problemas de los municipios cobran tal magnitud hoy en día, que incluso resulta ya insuficiente el concurso de un solo ayuntamiento, de una sola administración municipal, para solucionarlos; actualmente convergen mediante acuerdos inteligentes recursos humanos, materiales y financieros, de dos o más municipios para enfrentar retos importantes y evitar dentro de lo posible que aumenten los rezagos.

Por Guillermo Hubner

GUILLERMO HÜBNER DÍAZ. Nació en la Finca Morelos, Ranchería Torno Largo, Paraíso, Tabasco (Marzo 17 de 1942). Es reportero desde hace 56 años, inició su carrera en el Distrito Federal en el Semanario PIONERO del también tabasqueño Francisco Peralta Burelo. Fue reportero de la revista INICIATIVA de circulación nacional, bajo la dirección de Mario Huacuja Betancourt y de El UNIVERSAL, el Gran Diario de México. Fue redactor de noticias de la división de Radio y Televisión de NOVEDADES DE MEXICO. Ha sido dirigente gremial, fue presidente de Unión de Periodistas de Tabasco, fundador y presidente de la Unión de Periodistas Democráticos de Tabasco y presidente del Bloque Sursureste de la Unión de Periodistas Democráticos. Actualmente es tesorero del Club de Periodistas de Tabasco. En Tabasco ha sido reportero de los principales diarios y editorialista de varios espacios radiofónicos. Fue Jefe de Redacción del diario Presente en funciones de Subdirector lo mismo que en el matutino Rumbo Nuevo. Es autor de la columna política GUAYABERA POLÍTICA, el espacio de opinión periodística con mayor vigencia en el país, fundada en febrero de 1972. Ha recibido entre premios por su trabajo y reconocimientos por su larga trayectoria profesional, 17 preseas, 11 estatales y 6 nacionales. Sus colegas lo honran considerándolo el Decano de la prensa tabasqueña.