El TioVivo
Desde su promulgación en el 2008 y su entrada en vigor en el 2016, el Sistema Penal Acusatorio no ha logrado ser un instrumento que le garantice al ciudadano un eficiente y oportuno acceso a la justicia y a la defensa de sus derechos. Lo que en un principio se consideró como la manera más fácil y simplificada de aplicar la ley, se convirtió en un entuerto que aun, a más de 10 años de haberse publicado, algunas autoridades involucradas en el proceso no entienden, o no quieren entender.
Tal es el caso de los denominados “primeros respondientes”, es decir, la primera autoridad, con funciones de seguridad pública, que en los casos de flagrancia, inicia el proceso. El problema radica, cuando los elementos de la Secretaría de Protección Ciudadana y Seguridad Publica tienen que elaborar el Informe Policial Homologado, que es el documento con el cual el Ministerio Público determina abrir una carpeta de investigación.
En Tabasco, los elementos de la SPCySP no tienen la menor idea de cómo hacerlo y se apoyan en personal que prácticamente traduce lo que los agentes hicieron, para presentar un Informe más o menos congruente y con el cual se pueda trabajar. Pero en medio de todo esto, queda la víctima, que sufre por el hecho mismo y por la falta de capacitación de los policías que no atinan a explicar fielmente los acontecimientos de los que dan cuenta.
De lo anterior fuimos testigos y no son argumentos de oídas, sino experiencias vividas. A esto, se le agrega que -aunque se diga que ya no- siempre el poderoso caballero, “Don Dinero”, se convierte en amigable facilitador para quienes presuntamente son responsables y para que quienes los detienen, comentan “errores” de procedimiento, que les faciliten su liberación.
Es decir, a las víctimas se les castiga con la iniciación de un proceso lento, sin garantías de que la justicia opere en su favor y sin la más mínima explicación del desarrollo del caso, mientras que el presunto culpable, burla la ley con la mayor impunidad.
Ser policía no es fácil, pero es peor ser policía sin la capacitación debida. Todo ello genera, corrupción, ineficiencias e impunidad. No es posible que la que nos siga rigiendo, sea la ley del embudo…
Antes de bajarnos del caballito…
Un reconocimiento al Fiscal Nicolás Bautista Ovando, quien sabe que hay aun deficiencias en el desempeño del organismo que encabeza, pero ha puesto en operación mecanismos para subsanarlas y corregir lo que haga falta. Lo bueno, también se cuenta…
fernando.valdesleyva@hotmail.com
@Fer_valdesleyva