El Comején


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El pasado miércoles en entrevista radio afónica con reconocida estación, no del año, el Pejidente de México, bromeó de lo contento que está y de la confianza que le tiene a su secretario de gobernación y paisano, que hasta ya le dijo que cuelgue una hamaca en su oficina, porque día y noche tiene que estar atendiendo todo.
No sé ustedes, pero me imagino en el palacio de Cobián, a Adán ‘Agusto’, en su oficina, mientras Pepe Toño le cuelga la hamaca, y Palomera le pasa el Chontal y un chorote que le mandó doña Dea.
Y así, mientras suena la vieja canción de Pepe del Rivero: ‘Pásame el chontal por que el calor me mata/ dame mi chorote y guíndame la hamaca…’, una y mil veces, Adán atiende las 24 horas, todo lo que le mande el Pejidente.
Este a su vez, se da más tiempo para andar recorriendo el país (vendrá mañana a Dos Bocas), a seguir empujando el elefante para que camine y que se siga llevando a cabo la transformación, ¡no puej!
¡Lo que son las cosas!, a doña Olga nunca le dio chance ni de colgar una canasta, quizá porque más que un Cordero, en gobernación necesitaba un Viejo Lobo, si no de Mar, si de Pantano.
El que no tiene tiempo de hamaquearse es el gobernador interMerino quien por un lado exhorta a mantener coordinación interinstitucional ante temporada de lluvias, que se ve que va a caer hasta presidentes, digo Pejes, y por otro recorre los municipios inaugurando obras.
El Capi Merino también dio instrucciones para poner en marcha el operativo de nebulización terrestre, a fin de evitar que, a quienes dormimos en hamaca, nos piquen los mosquitos hasta el cutis.
Otro que no tiene tiempo de hamaquearse es el diputado federal Oscar Cantón, quien nos dio la buena nueva de que el presupuesto 2022 anunciado por el Pejidente favorecerá un titipuchal a Tabasco.
En contraparte el que se la pasó tres años en la hamaca fue Evaristo, ya se va y nada contento, no sabemos si porque no hizo nada o porque no pudo llevarse más; la Potra tampoco se baja de la hamaca de su prima, Anita.
Finalmente al estilo de Chico Mota nos despedimos de ésta hamaquera columna: ‘Te voy hacer una hamaca pa’ que puedas tu dormir/ Y la guindo de una viga pa’ que suene riqui ri/ Y que suene riqui ruqui, y que suene riqui ra…’.