De Primera Mano
A diferencia de lo que sucede con la sucesión presidencial, proceso adelantado en el que ya se observa claramente a tres o cuatro jugadores, en Tabasco no es posible identificar una terna para Morena tras la gubernatura en 2024.
En torno a quien sustituirá al mandatario Andrés Manuel López Obrador ya hay nombres bien definidos: la jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum; el canciller Marcelo Ebrard; el líder del Senado, Ricardo Monreal; y, eventualmente, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Hasta ahí.
En Tabasco la opinión unánime es que solo son dos los “finalistas” por su cercanía con el presidente: el secretario del Bienestar, Javier May Rodríguez, y el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza.
En estos momentos nadie más puede decir que goza del afecto del oriundo de Macuspana.
Claro, como Adán Augusto López ya es un factor de poder nacional, alguien de su confianza podría completar la terna.
Pero si usted lee por aquí y por allá verá que las listas de “aspirantes” son interminables, empezando por los legisladores federales.
Esto porque en anteriores regímenes, senadores y diputados, solo por estar en la Ciudad de México, se convertían automáticamente en “candidatos naturales”.
Ahora ya no es así: el pensamiento lineal de López Obrador muestra que la principal virtud para ser candidato es serle leal a él y a su “movimiento democrático”.
Regrese usted a las elecciones para gobernador de Tabasco a partir de 2000 (en 1994 el abanderado fue el propio AMLO) y verá que ha contendido el que ha querido el político tabasqueño más mediático de las últimas décadas:
En 2000, Raúl Ojeda Zubieta; en los comicios extraordinarios de 2001 y en 2006 también Ojeda; Arturo Nuñez Jiménez en 2012 y Adán Augusto en 2018.
Ojeda, Nuñez y López Hernández siempre han pertenecido a la cuadra de Andrés Manuel.
Esta condición se repite en el hándicap por la Presidencia: la favorita es la Sheinbaum, a quien se ubica como la hija política del mandatario.
Ebrard, que viene a ser el hermano, el compañero de lucha, no ha sido distinguido con los elogios que le ha lanzado el de Tepetitán a la mandataria de la metrópoli.
Y Monreal, que se ha mostrado rebelde al no permitir que el presidente lo haya excluido de la lista que dio a conocer hace unos meses, lo que en tabasqueño significa que no lo tiene contemplado, está lejos, muy lejos de alcanzar la nominación.
Si eso lo aplica en su tierra, López Obrador solo tiene dos hombres de su entera confianza (May y Oropeza), aunque también podría suceder que el presidente le corra la cortesía a su secretario de Gobernación y le permita poner al tercer jugador.
En todo caso, la propuesta de López Hernández sería de alguien que también esté en el ánimo del presidente.
Esta teoría se basa en el hecho de que el relevo del secretario de Gobernación en la Quinta Grijalva lo decidió el propio funcionario federal.
Esta cercanía con el presidente llevó a Adán Augusto a señalar incluso que puede regresar al gobierno tabasqueño después de que en septiembre de 2024 concluya la administración federal.
Según reveló en la radio, López Hernández podría volver a darle posesión en octubre de ese año a quien será el próximo gobernador.
Falta medio sexenio, en efecto, y muchas situaciones se pueden presentar, pero lo que puede afirmarse con toda propiedad es que no será candidato ninguno de los que ya han empezado precampaña por la gubernatura.