Franja Sur
Los acontecimientos en la refinería de Dos Bocas sirvan para espiar a fondo la situación real en la construcción de uno de los grandes proyectos de la administración federal.
En los hechos de protesta laboral que concluyó con el desalojo de los manifestantes, hay que anotar que sí se amotinaron los obreros de la empresa ICA Fluor demandando prestaciones salariales, así como mejores condiciones de seguridad, transportes, entre otras peticiones.
También hubo trifulca entre bandos contrarios de sindicalistas que se disputan los contratos colectivos para que sus agremiados sean considerados en las bolsas de trabajo.
Por supuesto que hubo lesionados durante el zafarrancho debido a los disparos de balas de goma y gases lacrimógeno. No fue cierta la versión de un fallecido, y el dirigente sindical Ricardo Hernández Daza fue quien dijo que había heridos con armas punzo cortante.
Por supuesto, es lícito que en centros de trabajo surjan de pronto las inconformidades de los trabajadores, como lo es su derecho a manifestarse y pedir mejores condiciones de trabajo.
Ahora bien, ¿quién o quiénes fueron los responsables de que la protesta se saliera de control? Suponiendo sin conceder que hubo mano negra y se manipuló a los obreros, ¿quién o quiénes son los responsables? Ese es el tema.
Y como no se debe juzgar a priori, en el conflicto hay varias aristas por investigar y que deberían aprovechar desde Palacio Nacional para ir al fondo y conocer la realidad de lo que sucede al interior de Dos Bocas.
Por eso, este hecho debe servir para indagar en serio, cruzar información, y no quedarse con una sola voz, por ejemplo solo con la versión de la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
Se debe escudriñar y escuchar todas las parte, a los trabajadores, a sus dirigentes sindicales y a los responsables de las empresas que laboran en esa instalación petrolera en construcción.
Aprovechar esta situación para conocer si le están pagando a los trabajadores de acuerdo a la ley, si les ofrecen las medidas de seguridad social a las que tienen derecho y si los descuentos en sus cuotas sindicales son las justas y se maneja de acuerdo a las normas legales.
Revisar el papel de los dirigentes sindicales y si sus acciones son transparentes. Indagar si se cumplió con la promesa de privilegiar la mano de obra local, esto es, si se les dio prioridad a los nativos de Paraíso y de Tabasco.
Durante el conflicto salió a flote el nombre de Ricardo Hernández Daza, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), lo mismo de Susana Prieto Terrazas, diputada federal de Morena.
Hay acusaciones encontradas contra ambos de que cada uno está tratando de sacar raja en este conflicto. Pues es el momento de revisar la participación de ambos en Dos Bocas y, conocer si hay privilegios en la entrega de los contratos laborales o ver si las concesiones se hicieron de manera correcta, como dicen.
Esos son los temas. Sirva pues este nuevo conflicto en Dos Bocas, para meter orden, transparencia y que se mueva en ese entorno el derecho y la legalidad. Y es que no se puede juzgar sin tener los elementos de la información, o como se dice popularmente, sin “tener los pelos de la burra en la mano”.
Ahí se la dejo.
1.- Oiga usted en qué nivel se mueve ahora el político tabasqueño José Antonio de la Vega Asmitia, Jefe de Oficina del Secretario de Gobernación. Ayer presidió en esa secretaría el encuentro con el Colegio de Defensa Nacional de la República de la India y representantes de los países de Bangladesh, Kenia, Vietnam y Kazajistán.
2.- Otro tabasqueño que sigue trepando peldaños en la política nacional es el diputado federal Mario Llergo, ahora fue nombrado representante de Morena ante el INE.
La botica