CARTA ABIERTA
Como le pasa a todo director técnico a cargo de un equipo de futbol plagado de jugadores de renombre, a Morena se le presentará ese mismo ‘problema’, sí entre comillas, a la hora de darle cabida a quienes buscan jugar el partido estelar de 2024.
Partiendo de la base de que el juego más importante de la temporada se jugará con quienes tengan su mejor nivel en ese momento, la pregunta es: ¿qué sucederá con el resto de esas figuras que no logren la titularidad para la ‘grande’?
Hasta ahora, los más fuertes aspirantes a la candidatura al gobierno estatal son Octavio Romero Oropesa, Javier May Rodríguez, Mónica Fernández Balboa, Yolanda Osuna Huerta, Jaime Lastra Bastar y, en menor medida, Juan Antonio Ferrer y Evaristo Hernández, con la salvedad de que este último tendrá que echar abajo la inhabilitación que el Instituto Electoral de Tabasco hizo a sus derechos políticos por los próximos cinco años y dos meses.
La pregunta es: ¿qué pasará con todos estos ‘pesos pesados’ que quedarán fuera de la postulación a la candidatura de gobierno? Lo lógico es que el resto de los no favorecidos sean considerados para la alcaldía de Centro, las dos senadurías y las diputaciones federales y estatales.
En el caso de la alcaldía, es posible que Yolanda Osuna se presente a la reelección, pero en caso de que esto no suceda se abrirá un abanico importante de posibilidades. En este caso, la misma baraja a la gubernatura se repetirá en la capital tabasqueña; claro, a excepción de quien resulte nominado para la ‘grande’. Por este motivo, no deberá sorprender que Morena presente a un Octavio Romero, un Jaime Lastra, una Mónica Fernández o a un Juan Antonio Ferrer. La misma regla se seguiría para el resto de los cargos de elección.
La reflexión es interesante, entre otras razones, porque Morena cuenta con un equipo plagado de políticos de renombre que ha sido expuesto en el ámbito nacional por el presidente Obrador. De tener un perfil estrictamente local, han pasado a las grandes ligas de la política nacional al ser incorporados al gabinete presidencial. Desde esta plataforma, han tomado un carácter de alto nivel, digno de considerar en diferentes frentes. Prueba de que no se trata de ‘sueños guajiros’ son las llegadas de Romero Oropesa a Pemex, Javier May a Bienestar, Ferrer al INSABI y, más recientemente, Adán Augusto a la Secretaría de Gobernación.
Por todo ello es que la sucesión en Tabasco ha tomado una relevancia nacional; sin olvidar que Adán Augusto sigue como uno de los posibles aspirantes a la candidatura presidencial, lo que en caso de darse seguirá dando al Edén un fuerte protagonismo en la escena política del país.
El de Tabasco es un caso inusitado que nunca se había presentado. Por lo tanto, es digno de analizarse desde la objetividad periodística, pero sin caer en el sesgo del servilismo lacayuno que algunos siguen practicando… desde los tiempos del viejo PRI.
: “TABASCO LIBERAL”
López Obrador dijo que por el fenómeno migratorio, centros turísticos como Acapulco, Cancún, La Paz, Los Cabos y Puerto Vallarta son «muy progresistas» y «muy liberales».
Sin mencionar su nombre, pero en clara referencia al Partido Acción Nacional, expresó que le llenaba de orgullo que en la elección del 6 de junio en Tabasco, el principal partido conservador obtuviera una votación del 1.5 por ciento y no alcanzara el registro como instituto político local.
Es más, el Peje asegura que hay dos estados liberales en el país, dos estados más liberales que el resto: Tabasco y Guerrero. Dice que en Tabasco “somos liberales, somos radicales y es lo mismo Guerrero, es lo mismo Acapulco».
Presumió que en todos estos lugares «liberales» obtuvieron muchos votos a favor del proyecto de la Cuarta Transformación. Esto fue, sin duda, un reconocimiento tácito a quien gobernaba entonces el estado: Adán Augusto López.