CARTA ABIERTA
La renuncia de Katia Ornelas a la Secretaría General del PRI tabasqueño tiene diez señales de fondo que explican el desenlace de una especie telenovela que ha dejado a la fracción tricolor con sólo tres miembros, la menor representación en su historia legislativa. Estas son las claves:
En principio, no es creíble el argumento de falta de oportunidades y discriminación interna cuando ha sido dos veces diputada local, dirigente del Frente Juvenil Revolucionario y la segunda de a bordo en el Comité Directivo Estatal. Es más, cuadros de auténtica valía se hicieron a un lado para abrirle paso en sus dos postulaciones consecutivas al Congreso.
- Las diferencias con el dirigente estatal tampoco son una excusa razonable. Menos cuando Dagoberto Lara fue quien la propuso y defendió ante el dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, como candidata a diputada plurinominal, a pesar de la oposición de varios cuadros de renombre en el partido. En realidad, desde que Morena ganó la gubernatura siempre fue la enemiga en casa porque desde el primer momento empezó a coquetear con este partido.
- Al involucrar en su despropósito a la coordinadora de la bancada, Soraya Pérez, cometió otro error de cálculo, ya que esta siempre la integró a las reuniones y los acuerdos del grupo parlamentario. El ataque es patético en plena lucha de las mujeres por la paridad de género. La realidad es que se trató de una especie de ajuste de cuentas tras fracasar en su objetivo de ser la lideresa de la fracción.
- En una actitud sin ética, se abstiene de renunciar a la diputación del PRI y a la presidencia de la Comisión de Economía. No lo hace porque entonces perdería varios de los privilegios que hoy tiene en ambos cargos, como sueldos, compensaciones, asesores, y otras prerrogativas dadas al partido del que ahora reniega.
- Ahora será una ‘piedra en el zapato’ para la fracción y para el PRI. Va a forzar su expulsión para salir como víctima y entonces ser recibida como heroína en otras siglas. Sigue el guion ya conocido de los llamados ‘chapulines’.
- Katia Ornelas vive ahora sus cinco minutos de fama, pero es todo lo que tendrá en la actual coyuntura de Tabasco. Carece del nivel y la inteligencia de otros cuadros políticos. Su futuro es desalentador porque no marca diferencia respecto a mujeres de valía que están o han estado en el tricolor, como son los casos de Gina Trujillo, Soraya Pérez, Ady García, Mayté Dagdug, Blanca Pulido, Delia Montejo o Gloria Herrera, sólo por mencionar algunas.
- Para dar una idea de su concepción de la política partidista, basta decir que en la etapa en que su partido analizaba la postulación de su candidato a la alcaldía de Centro para las elecciones de junio de 2021, Katia buscó desplazar a Andrés Granier de las boletas, asegurando que ella conseguiría más votos que el Químico. Inaudito.
- La diputada buscará acomodo en el Verde o en Morena. Sin embargo, el diputado morenista Emilio Contreras descartó que vayan a invitarla a su bancada, puesto que por ley no pueden integrarla más de 21 legisladores. Martínez de Escobar indicó que no están en etapa de reclutamiento y en caso de que ella busque afiliarse a Morena, será el partido quien decida si acepta su postulación. Es decir, hay mucha cautela en el partido vinotinto sobre el asunto.
- A Dagoberto Lara no le queda más opción que reagrupar filas y quedarse con los militantes que quieran quedarse, porque vendrán más renuncias de quienes buscan seguir con sus privilegios en otras siglas.
- En resumen, doña Katia se va haciendo gala de la política del oportunismo. Más, cuando López Obrador y Morena estuvieron siempre en el centro de sus ataques discursivos como una recalcitrante priista.