LA AGENDA EN RED
La imagen que tiene la ciudadanía del ambulante que existe en la ciudad de Villahermosa es que siempre ha habido un acuerdo con la autoridad municipal, y en el mismo se menciona una cuota, una cuota que significa del lado amable que se expide un documento comprobable fiscalmente para que el ambulante pase a la caja del municipio a pagar y no quede en manos de un cobrador.
Pero del otro lado está lo que se cree de este acuerdo y que partes de estos ingresos no entran a las finanzas del municipio y se quedan en manos ajenas. Esto es lo que hay que evitar y esto obliga a la autoridad a poner mayor orden para que esto se regularice y se actúe como debe de ser.
Debe de haber una corresponsabilidad de ambas partes, porque el uso de vía pública es algo delicado, y en una ciudad como la nuestra ya es tiempo de que exista una obligación entre la autoridad y sociedad, en que se tiene que cuidarla, aún sobre todas las cosas.
Sobre el tema hay que decir que hasta ahora son visibles los lideres de grupos de ambulantes que supuestamente los protegen de la autoridad. Estos líderes, cuyos nombres son ampliamente conocidos, se encargan de repartir calles, plazas y parques.
Hay otro grupo que manejan ambulantes y son aquellos que por sus relaciones personales creen poder hacerlo impunemente y se sienten intocables.
Lo mismo sucede con los delegados municipales que se toman esas atribuciones.
En sí, el tema de los ambulantes es complicado por las variables que resultan de los mismos y por lo delicado y todo lo que representa, ello obliga a realizar un verdadero estudio y censo de los mismo.
Lo que hoy se vive y prevalece, obliga a que la autoridad actúe para poner orden en este renglón.
Lo primero que se tendrá que hacer es el estudio y el análisis de un verdadero padrón para conocer quienes cuentan con permisos y están regularizados, quienes están fuera de control, y quienes se aprovechan de esta anarquía que prevalece.
Habrá opiniones diversas al respecto, unas a favor, otras en contra, pero lo que queda claro es que no se puede ni se debe permitir que en nuestra ciudad la anarquía prevalezca. Y eso está ocurriendo desafortunadamente.
Algunos opinarán que esta regularización sería una medida antipopular, pero primero debe de estar la ciudad, insisto, y por ella, es seguro que muchos ciudadanos la apoyarían.
Recuerdo bien lo que sucedió en la ciudad de México cuando el jefe de Gobierno lo era el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador quien a sabiendas de que el Centro Histórico estaba invadido por ambulantes, lo primero que hizo fue buscar un terreno para trasladarlos por atrás del palacio nacional y con ello dejarlo limpio… y quedó limpio.
Fue una medida justa que fue bien recibida, sobre todo, por los habitantes de la capital.
El ambulantaje debe de entender que nuestra ciudad no es tierra de nadie. El gobierno se tiene que dejar sentir para evitar el desorden. Todos tienen derecho a buscar la forma de vivir, pero cumpliendo sus obligaciones.
El ambulante debe de ser eso, ambulante, o sea moverse de un lugar y dejar las calles libres y limpias como sucede en las grandes ciudades, y
aquí sucede lo contrario, los puestos de ambulantes están fijos.
Desde ahí se rompe la primera regla. Ejemplo de ello es lo que sucede en la Avenida Madero del tramo del parque Juárez con dirección a la avenida Méndez, en que los ambulantes, la mayoría fuereños, ya se adueñaron de las banquetas. Esas banquetas son demasiado estrechas y dejan un pequeño pasillo para que la gente circule por el doble uso de esa banqueta. El resultado es que se han visto a señoras con carriolas circular debajo de la banqueta entre un carro estacionado y la circulación vehicular a su lado debido a que no pueden pasar por lo estrecho que está la banqueta ocupada. Estos ambulantes deberían de ser retirados, debido a que ellos no aportan nada a favor de nuestra ciudad, pero si problemas graves.
Lo mismo sucede en la llamada Zona Luz en que la administración que la maneja trae un desorden descomunal por el número de permisos que otorgan de espacios de ambulantes fijos en esa zona.
No se entiende la razón de dar esa atribución de otorgar y controlar este comercio informal. Esa no debe de ser su tarea.
Es tal el desorden en esa zona, que el comercio formal para no quedarse atrás ya compite con los ambulantes sacando de sus tiendas su mercancía a la calle.
Solo eso se da cuando hay anarquía sin control.
Hay que evitar que los puestos de “ambulantes” sean fijos y no se queden en esas calles del Centro Histórico.
En la Zona urge llevar un estricto control de recolección y limpieza de la basura por parte de los ambulantes al final del día deberán de moverse y dejar el área desocupada y limpia. Tal como debe de ser.
Este tema continuará en la próxima entrega.