LA POSTA

CUCA 1. Entre los individuos como entre las naciones (y entre los cuates) no es bueno andar cucando porque caras vemos, corazones no sabemos y tanto se va el balde al pozo que en una de esa se rompe la cuerda y nos quedamos sin agua y sin cubeta. No supe si fue Pancho o Yoka Hernández, legendarios promotores del deporte, quien previo a salir de vacaciones decembrinas, invitó al conocido boxeador, Tico Raja, a impartir unas clases de boxeo en la preparatoria de Macuspana. En ese momento este temido fajador era uno de los principales protagonistas, junto con el fino campeón José Luis Álvarez, de la fiebre del boxeo que tenía como escenario la Terraza Casasús y en la escuela querían saber si practicar este deporte apaciguaría a los estudiantes violentos. Pordiositosanto.
CUCA 2. Al inicio de las clases, Tico fue bastante tranquilo y amable, enseñaba a los muchachos como colocarse en posición de defensa derecha o izquierda, mostraba como hacer las fintas, el cabeceo, los rounds de sombra. El problema empezó cuando llegó la practica cuerpo a cuerpo, la masa muscular de Tico imponía en la cancha de basquetbol improvisada como ring de cemento. Los que se subían, mejor dicho, que se paraban frente a él, tiraban golpecitos que éste atajaba con maestría y los invitaba a que lo hicieran de manera más violenta, pero nadie se atrevía. Uno de esos días en que el sol de diciembre apretó de manera inusual, se calentaron los ánimos cuando el audaz entrenador dijo que el box no era para señoritas.
CUCA 3. Un estudiante de tercer grado de reconocido y rancio apellido que rebasaba en estatura al boxeador profesional, aceptó la sugerencia de tirar más fuerte. Tico se movía como profesional, unas fintas por aquí, otras por allá, cabeceo, insistiendo a su contrincante a golpear con fuerza, emitiendo un resoplido de nariz cada que golpeaba para asustar al adversario que se mantenía a prudente distancia, casi estático, mientras el maestro de box bailaba y soltaba golpes con gracia. Ante la parsimonia del joven estudiante, el maestro bajaba la guardia e invitaba a gritos le tirara un golpe fuerte al rostro, hasta que ¡Zaz!, el joven estudiante soltó un certero derechazo que hizo rodar por el suelo al maestro. Tico se levantó aturdido y enojado soltando golpes erráticos sobre el estudiante que se echó a correr. Por ese golpe bien dado, se suspendieron las clases de box.
LA CAMINERA. Una tarde decembrina, acudí a casa de un tío mío de oficio herrero a cumplir un encargo de mi padre. Como es la costumbre en estas fechas, mi tío y sus ayudantes estaban echando trago y jugando a las vencidas. Al verme me invitó a participar y le dije que no, pues no tenía fuerza para vencer a nadie. Como siempre le gustaba mostrar a los demás su fuerza y aguante, me pidió que le golpeara fuerte el brazo. Me negué, le dije que no era correcto, pero insistió y le tiré dos o tres golpes suaves. Se carcajeó e insistió que más fuerte. Lo volví hacer suave y gritó que más fuerte. Al cliente lo que pida pensé, entonces le lancé varios golpes fuertes y le dije que me retiraba, me estaba esperando mi padre. Me abrazó al despedirme y me aconsejó golpeara más fuerte porque no sintió mis golpes. Al día siguiente volví a su casa por el encargo y me atendió la tía quién me dijo que mi tío seguía en cama, que no sabía que le había pasado: “a lo mejor se cayó, tiene el brazo hinchado y se queja del dolor”. En verdad os digo que no es bueno andar cucando. Sea por Dios.

Por Juan José Sánchez Gálvez

  Egresado de la Facultad de Comercio y Administración de la UNAM. Nativo de Macuspana, Tabasco. Premio estatal de periodismo 1995 en el género de Columna. Mención honorífica Premio Crónica Feria Tabasco 1996; Premio 1999 al Mérito Periodístico de la Asociación de Periodistas Independientes (API) y premio 2000 de la Asociación Tabasqueña de Periodistas (ATP). Reportero, jefe de información y columnista en el diario El Sureste de Tabasco; colaborador en los diarios locales Olmeca, Rumbo Nuevo, Ahora Tabasco y el semanario Jaguar. Coordinador de comunicación social de la CFE, Zona Villahermosa (2000-2009). Incursiona frecuentemente como analista político en diversos medios electrónicos (TV, Radio, RS) de Tabasco. Presentó su primer libro en 2018: La Víspera (crónicas de Macuspana) editado por el Gobierno del Estado de Tabasco y la Secretaría de Cultura.