CARTA ABIERTA
No andaba muerto ni andaba de parranda. Pedro Jiménez León ha venido realizando, en los últimos quince años, una labor a ras de tierra, clave en el crecimiento electoral de Movimiento Ciudadano, MC, en varias zonas del país. Ahora, con su nuevo cargo de comisionado nacional de Asuntos Agropecuarios del partido, se ha metido de lleno en la sucesión de Tabasco hacia 2024, donde hasta ahora sólo aparecían, en solitario, Gerardo Gaudiano y el alcalde de Tacotalpa, Ricky Arcos.
¿Qué tanto le alcanzará al exdelegado nacional de MC para quedarse con la nominación a la gubernatura o cómo lo tomará la militancia, tan metida en el discurso de sus dirigentes por buscar ‘sangre nueva’ o ‘nuevos rostros’? Es algo que está por verse, aunque desde ahora se sabe que cuenta con toda la confianza del dirigente nacional Dante Delgado Ranauro, con quien ha librado mil batallas en diferentes frentes.
Por lo pronto, se sabe que MC está en el propósito de ir con un abanderado propio en las próximas elecciones en Tabasco. Y para ello necesita de un político con experiencia para establecer alianzas con los diversos grupos y corrientes. En este apartado, aventaja a Gaudiano y a Ricky Arcos, si bien este último ha dicho que no irá por la gubernatura, aunque no declinaría una postulación a una diputación federal o una senaduría.
En este entendido, sobre el tablero de ajedrez sólo quedan el propio Jiménez y Gaudiano, y es aquí donde la balanza se estaría inclinando, sin prisa y sin pausa, en favor del primero. Como se sabe, el exalcalde de Centro y excandidato a la gubernatura viene de un sonoro revés tras fracasar en su intención de imponer como dirigente estatal a Javier Pérez Ramírez, una carta que tiene de experiencia política lo que Samuel García tiene de astronauta. Sin embargo, el nieto de Leandro Rovirosa Wade presume del afecto que el dirigente nacional le prodiga, vía la relación de amistad con su suegro, el priista José Ramón Martel.
Fuera de esto, en MC hay la percepción de que Gerardo Gaudiano vive horas extras de la fama alcanzada con Arturo Núñez, quien lo hizo diputado federal, alcalde y candidato a la gubernatura. Al final, sin embargo, exhibió su ambición y novatez al aceptar la nominación a la ‘grande’ cuando sus competidores en el PRD sabían que iba ante una derrota segura ante Adán y Morena. Además de saberse traicionado por el propio gobernador, tuvo otra caída al tronar la supuesta alianza ‘carnal’ con el senador Juan Manuel Fócil, quien prácticamente lo echó del Sol Azteca. Sin rumbo fijo y ante el peligro de una carrera truncada, fue precisamente Pedro Jiménez quien lo rescató para llevarlo ante Dante y hacerlo diputado federal.
La peor cara de Gaudiano, de esa de la que se habla tanto en privado, salió en el proceso de cambio de la dirigencia estatal, tratando de imponer al joven empresario gasolinero Javier Pérez. Aun sabiendo que Pedro Jiménez buscaba una candidatura consensuada y no producto de la voluntad de una sola parte, el experredista estiró la liga hasta el límite y a punto estuvo de romperla. Al final, la intervención de la dirigencia nacional logró volver las aguas a su cauce y evitar una fractura provocada por quienes habían sido recibidos con las puertas abiertas.
La historia sirve para poner en su justa dimensión a los dos que, por ahora, aparecen como favoritos para quedarse con la candidatura al gobierno de Tabasco en MC. Lo más probable es que pierdan ante Morena, pero el proyecto naranja busca consolidarse en 2024 con varias alcaldías y diputaciones. Por lo pronto, Gaudiano ya no está sólo en esa idea de reeditar aquí el ‘efecto Samuel García’.
Como comisionado nacional de Asuntos Agropecuarios en todo el país, Pedro Jiménez ha comenzado a caminar su propia ruta, con un proyecto distinto en matices al de Gaudiano. Dante Delgado tendrá la decisión final.