CARTA ABIERTA
A la hora de hacer cuentas para tratar de recuperar lo perdido desde 2012 en Tabasco, el PRI evaluará el próximo año quién podría ser su mejor carta a la gubernatura. En este entendido, aparecen algunos nombres, entre ellos los de Soraya Pérez, Gina Trujillo, Pedro Gutiérrez, Pancho Lastra, y hasta el propio dirigente del PRI, Dagoberto Lara. Sin embargo, aunque parezca todo un despropósito, parece que ‘Alito’ estaría pensando en Erubiel Alonso, lo que ha caído como una bomba en el seno de la militancia tricolor.
Para empezar, los priistas se preguntan qué es lo que Erubiel le ha dado a Alejandro Moreno Cárdenas para tenerlo ‘comiendo de su mano’. En realidad, los barones del expartidazo no entienden cómo el originario de Balancán ha sido nombrado dirigente nacional del Movimiento Territorial, MT, una de las bases sobre las que descansan las esperanzas electorales para los próximos comicios presidenciales y de Tabasco.
Desde la frialdad de los números, Erubiel entregó cuentas negativas cuando fue dirigente del PRI en el Gobierno perredista de Arturo Núñez Jiménez, perdiendo la mayoría de las diputaciones y alcaldías, entre ellas la capital de Tabasco. En 16 de Septiembre se habló siempre sobre su llamativa relación con el entonces mandatario estatal, y sobre la forma en cómo se acordaban las candidaturas. Tras su salida del liderazgo, en enero de 2016, en medio de una fuerte crisis política y señalamientos de todo tipo, muchos lo vieron como un cadáver político. Sin embargo, en el cambio de la dirigencia nacional tuvo el acierto de apoyar a ‘Alito’, y si bien su triunfo era una ‘bola cantada’, por la debilidad de Ivonne Ortega, el campechano ya no pudo apartarlo de su lado.
Fue así que en las elecciones del 6 de junio en Campeche, el dirigente nacional del PRI lo envió a hacerse cargo de la campaña de su sobrino, Christian Castro Bello. El resultado fue un estrepitoso fracaso para Erubiel, ya que no sólo perdió la gubernatura que el partido tenía en su poder, sino que lo hundió hasta el tercer sitio, detrás de la morenista Layda Sansores y del abanderado de Movimiento Ciudadano, Eliseo Fernández Móntufar.
Los priistas se preguntaron cómo es que ‘Alito’ podría encartarse como aspirante presidencial si ni siquiera había podido con su estado natal. Pero el despropósito es tal que no sólo se ha ‘autodestapado’ para el cargo, sino que se hace acompañar por quienes lo llevaron a ese ridículo. Cuando Erubiel fue designado como dirigente nacional del Movimiento Territorial, la noticia cayó como balde de agua helada en el seno del priismo tabasqueño.
Esta historia, propia del más rancio estilo dinosáurico del PRI, va más allá. Fuentes del CEN aseguran que ‘Alito’ estaría pensando en Erubiel como candidato a la gubernatura. ¿Por qué?, ¿con qué argumentos de valía?, ¿sobre cuál apoyo de los militantes? Nadie lo sabe con certeza. De lo que sí hay convicción es de la existencia de mejores cuadros.
Están, por ejemplo, Pedro Gutiérrez, Dagoberto Lara, Pancho Lastra, Gina Trujillo, Freddy Chablé Torrano y Soraya Pérez Munguía. Es decir, en el PRI tabasqueño saben que si el partido vuelve a equivocarse se perderá el registro, lo que sería una profunda humillación para un partido que gobernó por más de setenta años en Tabasco.
En el ánimo del priismo local hay desánimo ante el rumor de que el CEN buscaría imponer al peor exponente que pudiera encontrarse en sus filas. Por ejemplo, la respetada Gina Trujillo tendría mucho que decir al respecto, porque conoce de cerca la historia del polémico exdirigente del partido, hundido hoy en un fuerte descrédito interno en Tabasco. Entonces, ¿en qué ‘sueños’ anda el líder nacional como para no enterarse de lo evidente?