El TioVivo

El tema de la revocación de mandato, que el propio presidente propuso y que el Congreso legalizó, se ha convertido en la nueva excusa para la polarización del país. Mientras unos se empeñan en defenderla como un baluarte de la democracia, otros ven en este ejercicio un gasto inútil para una sociedad que tiene otros asuntos que ameritan más la atención.

El Instituto Nacional Electoral, se ha convertido en la manzana de la discordia. Los ataques que algunos de los consejeros han recibido, merman la credibilidad de todo el organismo y ponen en entredicho una de las instituciones que deberían ser sinónimo de transparencia y legalidad.

Cierto es que a lo largo de los años, el INE se ha caracterizado por ser una de las entidades del estado mexicano más onerosas y que los presupuestos asignados para su operación han sido por demás “generosos”, los resultados que ha dado, más allá de filias y fobias ideológicas, han servido para mantener vigente el estado de derecho, la gobernabilidad y la paz social.

Una elección del tamaño de la consulta que se pretende hacer cuesta dinero, porque han sido los propios actores políticos, los que han obligado a generar cada día mayores condiciones de certeza en los procesos. Si no se cayera tanto en la tentación de meterle mano a las elecciones, no serían tan necesarios tantos candados para blindar los procesos.

Sin embargo, aun así, muchos son los que buscan manipular (con éxito) la voluntad popular; luego entonces, se requiere mucho dinero para cumplir con cierta garantía de imparcialidad todos los procesos de una elección como la que sería el ejercicio de revocación.

Pero la discusión se ha centrado en la honestidad del árbitro electoral y el constante cuestionamiento por parte de quien está más interesado en que la consulta se realice, que son los mismos que no le autorizaron al instituto el dinero solicitado.

Entonces, en medio de todo esto, como siempre, la sociedad se pregunta: ¿Si tan necesaria es la revocación, por qué no le dan el dinero suficiente al INE? ¿Podría el organismo electoral organizar con certeza la consulta con el dinero que tiene? Y por último y no menos importante: ¿Realmente nos va a servir de algo realizar esa consulta?

Antes de bajarnos del caballito…

Dicen los enterados que habrá más cambios en el gobierno del estado. Lo menos que podemos esperar los ciudadanos es que se nombren a cuadros más capaces que los que se van.