FRANJA SUR

Las tierras del llamado Edén están dedicadas principalmente a la engorda de ganado para luego comercializar el producto. En este sector participa un amplio conglomerado de tabasqueños dedicados al campo.

En el desarrollo de esta actividad primaria toma parte tanto gente pobre, como clase media y hacendados. Cada uno cumple con una función en el trabajo y, así es como circula parte de la economía en Tabasco.

Bienvenida, por supuesto, la refinería de Dos Bocas, y, claro, hay beneplácito por el Tren Maya, obras generadoras de empleos. Pero no se deben poner todos los huevos en una sola canasta.

Las actividades primarias deben ser rescatadas en Tabasco, entidad que alguna vez fue el granero del país, y de esta zona salía la mejor carne al mercado nacional.

Luego entonces, las autoridades no deben de cerrar los ojos ante la amenaza permanente que pende sobre la ganadería en el estado, porque si los productores abandonan este sector, de nada servirán 10 refinerías ni varios trenes mayas, porque nuestros ancestros y nuevas generaciones de lo que saben son de cultivar y producir la tierra. A ese grupo nunca llegarán los beneficios de las magnas obras de este régimen.

Como se sabe, esta región del país es eminentemente ganadera, el estado tiene un hato de aproximadamente un millón 900 mil reses y un millón 650 mil hectáreas dedicadas a esta actividad.

Por eso, los ganaderos y pequeños productores han pegado el grito al cielo en busca de ayuda para frenar la ola de robo de ganado, su voz, por fortuna, ya fue escuchada en el Congreso del estado y abogados coinciden con reformar las leyes sobre la materia.

Y es sobre la queja de los detenidos por abigeato, que salen en libertad en poco tiempo, de acuerdo con la Fiscalía, esto se debe a que en el Código Penal vigente el abigeato sigue siendo considerado como un delito de tipo patrimonial, y ello abre la posibilidad de llegar a un acuerdo reparatorio entre las partes, como lo prevé el Sistema de Justicia Penal Acusatorio.

Precisamente el diputado de Morena, Luis Salinas Falcón, en su iniciativa presentada en el Congreso del estado propone con mucho tino “reclasificar el abigeato como un delito contra la sociedad en vez de que siga considerándose un delito contra el patrimonio, como actualmente”.

Abunda en su documento presentado en la 64 Legislatura que de esta manera el resultado tendría como efecto que “los imputados no podrían tener el beneficio de los métodos alternativos de solución de conflictos y llegar con la víctima a un acuerdo reparatorio que les evite ser sentenciados, como hasta el momento ocurre”.

Fabián Granier Calles, de la bancada del PRI y presidente de la Comisión de Desarrollo Agropecuario, presentó la iniciativa de reforma al artículo 181 del Código Penal para el Estado de Tabasco, en la que propone se incrementen a un mínimo de 6 a un máximo de 18 años de prisión las penas contra el delito de abigeato.

“Es decir, pasar de un mínimo y máximo de 4 años a 16 de prisión como se encuentra actualmente, a un mínimo y máximo de 6 a 18 años”, señala el documento, además de doscientos a novecientos días de multa”.

Ahí están pues dos propuestas para intentar solucionar de fondo la ola de robo de ganado que hoy sacude al estado de Tabasco. El Congreso del estado, más bien sus legisladores, no deben permitir que estas iniciativas duerman el sueño en los archivos de la Cámara de Diputados, porque es un tema que apura a los productores tabasqueños.

Ahí se las dejo,

Por René Alberto López

39 años de trayectoria en el periodismo, ejercicio que inició en su natal Cárdenas en 1981. Ha publicado en diversos medios de Tabasco, Campeche y Chiapas. Dos premios estatales de Periodismo en Campeche, y en Tabasco recibió el reconocimiento "De Periodista a periodista". Corresponsal del diario nacional La Jornada y de la agencia internacional France Press (AFP).