FRANJA SUR
Tenía como costumbre llegar a la redacción del periódico La Verdad del Sureste todas las mañanas de lunes a viernes. Era muy amigo de Alberto Pérez Mendoza, periodista, político, accionista y primer director del diario opositor, quien falleció en marzo de 2013.
En esos años (1992-1993), Javier May Rodríguez sólo era militante del PRD, pero desde entonces era seguidor fiel y entregado a la causa que encabezaba en Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México.
La presencia de Javier May en el periódico era para ir a leer todos los matutinos impresos de le entidad que se compraban en el diario como regla para saber por dónde andaba la competencia. De este modo, May se informaba de gratis y, cuando había, disfrutaba de un café.
Así supo este columnista de Javier May, de su origen humilde, había trabajado en un taller de hojalatería en su natal Comalcalco. Pero su perseverancia junto a López Obrador, lo fue llevando a distintos cargos dentro del partido, hasta ocupar la presidencia del Consejo Estatal y la dirección del PRD en Tabasco.
Con el PRD alcanzó la presidencia municipal de Comalcalco por primera vez, y luego repitió en el cargo ya como militante de Morena.
Así, aquel personaje con su mirada clavada leyendo los diarios de Tabasco, se pasaba largar horas en la ruinosa redacción de
La Verdad del Sureste en la colonia Oropeza de Villahermosa.
Pero ese modesto político por el que algunos reporteros de entonces preguntaban con sorna ¿y este cuate no trabaja?, se convertiría en el segundo tabasqueños en ocupar una secretaría de Estado en el gobierno federal, que en el pasado sólo había logrado Tomás Garrido Canabal.
Esta semana Javier May fue noticia en el plano nacional por haber sido cambiado de secretario de Bienestar a director de Fonatur, en cuya responsabilidad estará a cargo la conclusión de la magna obra del Tren Maya.
Así, este cambio causó en su tierra una reacción inesperada, estalló como una ola, pues en los círculos políticos se comenzó a especular si con el cambio se le beneficiaba o perdía nivel en su aspiración política.
Y es que en la tierra del chocolate Javier May es considerado un fuerte aspirante a ser candidato a la gubernatura en 2024, en cuya meta compite con Octavio Romero Oropeza, principalmente, aunque algunos mencionan con insistencia a Rosalinda López Hernández, funcionaria en la secretaría de Hacienda, hermana del secretario de Gobernación y esposa del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.
Por supuesto que observar los movimientos de las fichas en este ajedrez es interesante por las posiciones que están tomando los peones, alfiles, caballos y torres sobre el tablero. Hay que seguir con ojo de águila la mano que mueve las piezas a fin de saber qué pretende el único jugador en esta partida.
Por lo pronto, analizaremos el caso de Javier May en su cambio de trabajo a la zona sureste, posición que lo deja muy cerca de Tabasco, y con posibilidades de atender a su grupo político.
El lunes próximo seguiremos con este entramado, pues acá en el Edén unas voces dicen que a Javier May lo bajaron del tren y, otros aseguran que por el contrario lo subieron al ferrocarril, en la ruta hacia el 2024, y sólo de él y su jefe depende que no se descarrile.
En la próxima entrega sabrá el lector el por qué lo pasaron de moverse a nivel país, para concentrarse en el sureste, de acuerdo a las indagaciones realizadas por el columnista.
Ahí se las dejo.