Para Usted
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En todos los campos de la vida (para el caso que nos ocupa es el de la política), cuando se presenta determinada situación en la que algo originalmente pequeño y relativamente insignificante aumenta de forma exponencial en tamaño y lo hace a un ritmo más rápido, eventualmente envolviendo todo a su paso, se le conoce como “el efecto bola de nieve”.
Este fenómeno, describe lo que ocurre cuando un hecho que trasciende en el panorama político y social, en este caso en México, gana impulso con extraordinaria rapidez que, paulatinamente, llega a ser más grande y más significativo, por lo que se asemeja a una pequeña bola de nieve rueda o se desliza por una colina, ganando no sólo velocidad, sino también área superficial.
Generalmente, los resultados de este efecto pueden ser más negativos que positivos (más desfavorables, que favorables), dependiendo de la naturaleza de la situación o el hecho mismo en particular y que difícilmente pueda pasar desapercibido por una sociedad, por muy “distraída” y “poco fijada”, que sea (obvio, no es el caso de Tabasco y los tabasqueños, donde lo político es el pan nuestro de cada día).
Indudablemente el “José Ramón Gate”, como ya se le conoce, (el caso de las casas de José Ramón López Beltrán, hijo de Andrés Manuel López Obrador, en la ciudad de Houston Texas, USA), le vino a destruir, demoler, desarmar, arruinar, desguarnecer y arrebatar, el discurso presidencial y partidista (Morena/Cuarta Transformación-4T), de austeridad y honestidad.
Efectivamente, por lo menos los últimos 15 días del año en curso, han sido letales para el presidente tabasqueño porque, simple y sencillamente, todo le ha salido mal; desde el caso de Ricardo Monreal, pasando por lo del partido Movimiento Ciudadano; la agenda trunca que ya tenía la secretaria de gobernación con el PAN; la asistencia de Adán Augusto López Hernández, a la reunión de senadores de Morena, donde tuvo que recordarles que AMLO, es el jefe del partido.
Así también, lo referente a la reforma eléctrica que no avanza en sus consensos, pero sí incrementa sus disensos; el rechazo del gobierno de Panamá, al nombramiento presidencial como embajador mexicano en aquella nación de Pedro Salmerón (al grado que AMLO, criticó a ese país, comparándolo como “la Santa Inquisición” y, la puntilla, que le dieron los trabajadores de Pemex, al nombrar como nuevo secretario general del sindicato, a Ricardo Aldana, quien fuera el tesorero de Carlos Romero Deschamps y Joaquín Hernández Galicia, la “quina”.
¿Cuándo se podrán medir los efectos del José Ramón-Gate?, todo indica que será el próximo domingo 10 de abril, cuando se realice la consulta pública de revocación de mandato y que los resultados, indiquen un nuevo fracaso presidencial, por no tener los votos que se requieren para validarla y legitimarla.
Es por eso, que ya se habla de una reuniones y llamadas telefónicas desde la SEGOB (Adán Augusto López Hernández), con todos los gobernadores Morenistas (a la “orden”, ya le dio acuse de recibo, el gobernador de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos), a fin de, como buenos ex priistas, sacar a votar a los beneficiarios de los programas sociales, a fin de mandar un mensaje de “apoyo” y “fortaleza, al presidente López Obrador.
En La Línea de Fuego** todo esto que le ha venido sucediendo a Andrés Manuel López Obrador, es signo inequívoco de la evidente e innegable descomposición, en las estructuras del poder y la gobernabilidad presidencial, justamente, a la mitad de su periodo constitucional** las verdaderas encuestas y mediciones, no le son favorables al oriundo de Tepetitán Macuspana.
En La Línea de Golpeo** por si fuera poco, lo antes escrito está “aderezado”, por el impresionante incremento de los estragos de la pandemia del covid 19; los asesinatos de periodistas, la inseguridad, el desempleo, la difícil situación económica** Mientras el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se debilita más y más; de manera “paralela”, sus adversarios políticos se multiplican y fortalecen; los escenarios de enfrentamientos se incrementan y el “punch” de la mañanera, ya no da los resultados deseados.
Los Malosos** El discurso contestario del presidente AMLO, seguirá siendo el de que “aquí no pasa nada”; todo es culpa de los conservadores, neoliberales y la prensa fifí (enemigos jurados de la Cuarta Transformación) ** la realidad actual es ya insostenible; la mentira no dura toda la vida y tarde que temprano, la verdad llega** el balón, está en la cancha del PAN (a nivel nacional), de la clase media, de las benditas redes sociales, de la prensa critica, de los líderes empresariales, de los académicos y gentes pensantes.
Jaque Mate** En Tabasco, pareciera que tampoco pasa ni pasara nada** los tabasqueños, beneficiados con los programas sociales (especialmente), se resisten a ver (fingirán ceguera), todo lo incorrecto de Andrés Manuel, con un simple “hagan lo que hagan y digan lo que digan” (hasta en tanto no entiendan que los programas sociales no les podrán ser quitados) ** ¡!cuidado morenos¡¡, no se confíen** hasta mañana Dios mediante.