CARTA ABIERTA
Twitter: @jorgenunez63
A la oficina de la secretaria de Salud, Silvia Roldán Fernández, está por llegar un expediente con las presuntas anomalías encontradas en el hospital General de Comalcalco, a cuyo frente está Israel Sánchez Córdova, quien asumió el cargo en 2019. Fuentes dignas de crédito aseguran que la funcionaria, conocida por su alta exigencia de la ética, no pondrá obstáculos para ordenar una investigación a fondo.
Según la denuncia, en ese nosocomio de la ‘Perla de la Chontalpa’ hay cerca de veinte funcionarios de alto nivel, entre ellos jefes médicos y de enfermeras, con doble sueldo. Es decir, además de su cargo oficial en el hospital cuentan con puestos que el Insabi, a cuyo frente está Juan Antonio Ferrer, creó para la lucha contra el Covid. El gran problema es que ninguno de los doblemente acreditados desempeñan esta última función, la cual delegan a subalternos que se ven obligados a cubrirlos y trabajar así turnos consecutivos no establecidos en sus jornadas laborales.
Además, al asignar en puestos administrativos a trabajadores contratados por el Insabi, dejan desprotegidas las áreas hospitalarias, sobrecargando el trabajo al escaso personal de enfermería.
Otro de los señalamientos se dirige al área administrativa, encabezada por Abenhamed Orozco Carrasco, donde se contrata semestralmente a personal de intendencia para el área del Insabi. A cambio de tener asegurado su puesto temporal, tienen que pagar una ‘cuota’ de tres mil pesos pesos a un alto funcionario de ese nosocomio. De no hacerlo, no se les contrata. Y esto deben hacerlo cada semestre si desean tener trabajo.
En general, el grave señalamiento de estas ilegalidades va dirigido a quienes ocupan los más altos puestos a nivel de los departamentos médico, de enfermería y administrativo.
Silvia Roldán tendrá la opción de intervenir y poner las medidas correctivas necesarias, sabedora de que la 4T debe ser ajena a este tipo de acciones, contrarias a las órdenes del presidente Obrador y del gobernador Merino. Ahora que se ha destapado la cloaca en el hospital de Comalcalco, los tabasqueños todos están pendientes de ver cómo la titular de Salud pone las cosas en su lugar, ordenando las sanciones respectivas.
:TERCERMUNDISMO
No se entiende el colapso de los dos malecones recién construidos en Jalpa de Méndez y Macuspana. En un lugar civilizado del mundo, los funcionarios a cargo y las constructoras ya habrían sido llamados a cuentas. No sólo para responder por los daños sino para revisar a fondo los pormenores, buscando presuntos actos de negligencia o corrupción. Porque al final, esos proyectos se hicieron con el dinero que los tabasqueños pagan por la vía de sus impuestos.
En uno de los casos, el exalcalde de Jalpa de Méndez y ahora diputado local, Jesús Selván García, se justificó tras el colapso parcial de muro del malecón del poblado Iquinuapa. Minimizó el hecho al decir que de los 410 metros lineales del malecón, “sólo” el 10% del muro sufrió averías. La empresa tabasqueña MUSAN S.A. de C.V. hizo la construcción por 4 millones 500 mil pesos. El malecón recién se había abierto en julio de 2021.
La otra caída se dio en el nuevo malecón de villa Tepetitán, Macuspana; sí, la tierra del presidente. Aquí, la obra fue edificada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Sedatu. Las lluvias de los últimos días provocaron que diez metros sufrieran daños. Aquí se gastaron 7 millones de pesos, tanto que fue presumida como una de las atracciones turísticas del lugar.
En el colmo del ridículo, en su reciente visita a Tabasco, el titular federal de la Sedatu, Román Meyer Falcón, aseguró que los proyectos a su cargo se realizan “con la mejor calidad y planeación” y juró que “no habrían imperfectos una vez entregadas”.
El punto no es ya la avería en ambos malecones. Los puntos de interés colectivo son los siguientes: ¿Por qué se adjudicaron las obras a esas empresas?, ¿qué materiales se usaron?, ¿existen auditorías a las construcciones?, ¿por qué los diputados locales encargados de la supervisión dieron su aval en la revisión de las cuentas públicas?, ¿por qué los alcaldes de Macuspana y Jalpa de Méndez no han dado la cara?, ¿hasta dónde llega la facultad del Congreso para llamar a cuentas a los involucrados?
Las respuestas son más importantes de lo que parecen. Hay mucho en juego en lo político y en lo administrativo para esas alcaldías de Morena y para el resto de los municipios de todas las siglas. Es puro tercermundismo.