El TioVivo

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Cuando el presidente de un país (cualquiera) emite un documento y lo hace público, éste ha sido revisado, valorado, analizado y vuelto a revisar por al menos 3 personas que conocen a fondo el contenido y los alcances legales y políticos de la publicación del documento. Es decir, el presidente no publica ocurrencias.

El martes pasado, Andrés Manuel López Obrador hizo público un escrito dirigido al INAI para que el organismo responsable de garantizar la transparencia y la protección de los datos personales de los ciudadanos, le informara sobre el origen y montos de los ingresos del periodista Carlos Loret de Mola y si además podía hacer públicas las facturas y contratos que, “anónimamente” le hicieron llegar.

La solicitud, desde su redacción hasta su motivación y fundamentación, como bien dicen los abogados, fue revisada por expertos en temas legales, analizada por especialistas en materia política y aprobada por los responsables en el manejo de la imagen presidencial. No podría ser de otra forma, de lo contrario estaríamos en el supuesto de que las cosas desde Palacio Nacional, se manejan con las vísceras.

Pero sabemos bien que esto no es así. Se mide y se valora cada movimiento y se calcula que los efectos que tengan sean los previstos. La carta presidencial al INAI carece de la candidez que algunos ven, es obvio que el presidente y su equipo saben que legalmente no es posible cumplir lo que se pide, pero a pesar de ello, se escribió, se hizo pública en la mañanera y se envió a su destinatario.

Hay que recordar que en los días previos, cuando apenas llevaba una semana el pleito con el periodista Loret (ya lleva más de 3 semanas, cosa que tampoco es casual) el titular del Ejecutivo había expresado que tenía sus desacuerdos con el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IANI), por considerarlo un ente que ha servido al conservadurismo, la derecha, los neoliberales y por ende a los corruptos.

No se necesita ser un genio para deducir que más que una respuesta positiva a su solicitud, lo que el equipo presidencial busca es precisamente la negativa, para abrir un nuevo frente y mantener activa la lucha en contra de los “enemigos de la 4T” (reales o imaginarios), a poco más de mes y medio de la fecha para el proceso de revocación de mandato. Hay que generar enemigos, aunque no existan, para salir, como los gobernadores y senadores, en “apoyo” al presidente. Esa es la estrategia…

Antes de bajarnos del caballito…

Desde el pasado 4 de febrero, entró en todo el país la veda electoral que le impide a servidores públicos promocionar obras, acciones o proyectos que no sean de utilidad social, como son los temas de educación, salud y protección civil. Alguien tendría que avisarle a la UIE que debe ajustarse a estos lineamientos para no poner en riesgo al Ejecutivo. Ah y a cierto diputado federal también…