¡Buen martes!
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@vidal_38
Con el encontronazo político entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el ex gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, se ha recrudecido una de las más acérrimas rivalidades de la política mexicana.
Desde Latinus, Madrazo arremete contra el gobierno de la Cuarta Transformación, mientras AMLO repele la metralla con sistemáticos ataques a Carlos Loret de Mola, instrumento de la campaña.
Todo empezó cuando en 1988 AMLO decidió salir del PRI para convertirse en candidato del Frente Democrático Nacional al gobierno de Tabasco.
Impulsado por Cuauhtémoc Cárdenas, Heberto castillo y Porfirio Muñoz Ledo, enfrentó a Salvador Neme, postulado por el PRI por recomendación de Raúl Salinas Lozano.
López Obrador cuenta que al principio “sabía que no ganaría la gubernatura, pero estaba convencido de la necesidad de iniciar un trabajo de organización ciudadana para el futuro”.
Cambió de percepción “al transcurrir la campaña y observar la respuesta de la gente”.
Según las propias palabras del hoy presidente, los operadores de Salinas -Roberto Madrazo, presidente del PRI en Tabasco; y Fernando del Villar, delegado del PRI nacional y luego director del Centro de Investigación y Seguridad nacional (CISEN), entre otros, trabajaron para evitar el triunfo del FDN.
El segundo round es de todos conocido. La campaña por la gubernatura en 1995 con Madrazo por el PRI y AMLO por el PRD, con la acusación del perredismo de un gasto de 70 millones de dólares del PRI para ganar la gubernatura.
Desde entonces el pleito no se detuvo hasta llegar ambos a la disputa por la presidencia de la República en 2006.
Si bien Roberto protege hoy sus intereses y los de sus empresas, no se puede separar su relación política con el expresidente Carlos Salinas, quizá el principal blanco de las descalificaciones del presidente López Obrador.
No es difícil advertir las razones de la furia del ex gobernador tabasqueño contra su paisano.
La Morralla
Con absoluta desfachatez, el ex alcalde Jonuta, Francisco Filigrana presume una foto en redes sociales posando con su trofeo de cacería: un jaguar. Vergüenza debería darle tal brutalidad *** De manera sospechosa, una licitación para atender derrames mantiene en callejón sin salida a funcionarios de Pemex. El jueves le cuento.