CARTA ABIERTA
A pesar de los negros augurios sobre su futuro inmediato, el PRI de Tabasco busca regresar a sus viejas glorias, esas que le dieron forma a la clase política vigente, a las instituciones, a la infraestructura de bienes y servicios y hasta a los periodistas y medios de comunicación actuales. La celebración de su 93 aniversario pareció ser un grito de lucha para mantener vivas sus posibilidades, aunque escasas, de regresar al poder en el estado y en el país.
La inasistencia de los diputados locales y del exgobernaor Andrés Granier Melo a la celebración en 16 de Septiembre distó mucho de lo publicado en algunos medios, respecto a un rompimiento con el dirigente Dagoberto Lara o a un desagravio para irse, más temprano que tarde, a otros colores. En realidad, los tres legisladores -Soraya, Fabián y Maritza– estaban a esa hora, en calidad de consejeros, en la Asamblea Nacional en la Ciudad de México. Y el Químico tiene la recomendación médica de no acudir a lugares concurridos tras haberse recuperado del COVID.
El aniversario del expartidazo se celebró con algunos simbolismos que dan para el comentario: un auditorio lleno que recordó su antiguo poder de convocatoria, un homenaje a Brígida como símbolo de la lealtad cuando muchos oportunistas siguen buscando irse a otros partidos, y el apagón en pleno festejo, justo cuando el tricolor está por decidir su voto en San Lázaro sobre la reforma eléctrica del presidente Obrador.
Así es, el discurso del presidente del partido destacó el valor de la lealtad tras hacer un reconocimiento a varios militantes de dilatada trayectoria. Y sobre ello, Dagoberto puede dar lecciones al resto de los priistas. En las elecciones de junio de 2021 declinó la invitación de ‘Alito’ para ser candidato local plurinominal, todo para cumplir su promesa de dedicarse en tiempo completo a la dirigencia. Al final, le dejó el privilegio a Katia Ornelas y ya sabemos como la diputada acabó por traicionar a todo mundo.
Destacó también su mensaje dirigido a “aquellas voces críticas al interior del PRI”, estableciendo que las puertas están abiertas para dialogar sin antagonismos ni pleitos porque las diferencias de opinión son respetadas. Para Dagoberto, el diálogo tiene que ser constante, la reflexión tiene que darse de uno y otro, pero sobre todo, la prudencia y la presencia en la maduración del actuar político debe ser el eje principal de la ética, como políticos y como servidores. Esta fue una señal para los detractores de su propio partido que siguen sin aportar alguna alternativa y buscan saltar del barco en calidad de ‘chapulines’.
La coordinadora local de la bancada del PRI, Soraya Pérez Munguía, llamó en otro foro a defender la unidad partidista y a evitar los golpes bajos, la traición y la simulación. Contra todo intento de división y pronóstico de desaparición, el Revolucionario Institucional sigue unido y vigente por la solidez de los ideales y principios que lo identifican, dijo la cardenense en apoyo a lo dicho por Dagoberto.
Quien también alzó la voz fue el delegado del Comité Ejecutivo Nacional, Genaro Abreu Barroso. Rechazó que el partido esté debilitado en la entidad. Sostuvo que el tricolor tiene presencia en todos los municipios e invitó a quienes cuestionan a discutir de manera interna y ser propositivos. Luego señaló que a pesar de los programas sociales federales, hay mucho desencanto contra Morena por la inseguridad, las deficiencias en Salud y el desempleo, por lo que los ciudadanos les cobrarán la factura. Al menos esa es la esperanza del delegado del CEN. Por buenos deseos no quedará.
Lo cierto es que la celebración del 93 aniversario del PRI buscó romper con una etapa controvertida del partido, marcada por la traición de sus principios, la corrupción de muchos de sus gobiernos, la deslealtad de buena parte de sus cuadros y el abandono de la militancia. Ahora, el mensaje desde 16 de Septiembre es no claudicar ante los esfuerzos de sus opositores por verlo enterrado tres metros bajo tierra.