LA POSTA
¡FIRMES! AUNQUE NO Marchen. En futbol, la selección nacional muy desabrida, y en política, los punteros de Morena muy guangos. Sino fuera porque aún tienen oportunidad de clasificar para el mundial, juraría que en las fuentes del poder estarían pensando en enviar un equipo de futbolistas militares a rescatar el honor futbolero de México. Si el piso fuera parejo y los reconocimientos y los elogios del mandatario nacional a los hombres y mujeres de su gabinete contarán a la hora de seleccionar al candidato presidencial de Morena, habría que agregar a la lista de aspirantes a un militar, en este caso el prospecto más visible, el general Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional (Sedena). Hace 76 años que la milicia cedió el poder a los civiles, el último militar, presidente de México, fue Manuel Ávila Camacho. Pordiositosanto.
UNO, DOS, UNO, DOS. El presidente López Obrador confía en el ejército y el ejército es leal al presidente y ha operado eficientemente construyendo en el menor tiempo posible el Aeropuerto Internacional (General) Felipe Ángeles (AIFA), además, cuida el corredor transístmico, la refinería de Dos Bocas y desde esta semana 300 militares participarán en la construcción del Tren Maya para sacarlo adelante. Por alguna razón los militares ganan todos los días más espacios administrativos y políticos y su comportamiento acomedido hace suponer que de llegar uno de sus miembros al poder, garantizaría la continuidad de la Cuarta Transformación. No se debe soslayar la destacada actuación de presidentes de origen militar como Porfirio Díaz y Plutarco Elías Calles ni de los últimos tres: Abelardo L. Rodríguez (1932-1934), Lázaro Cárdenas del Rio (1934-1940) y Ávila Camacho (1940-1946).
BOTANA VIENE DE BOTA. Por la ley no hay de qué preocuparse. El artículo 82 de la constitución lo permite. “Para ser presidente se requiere: I.- Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país al menos durante veinte años; II.- Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección; III.- Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia; IV.- No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto; V.- No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis meses antes del día de la elección; (Reformada D.O.F. 29 de enero 2016) VI.- No ser Secretario o subsecretario de Estado, Fiscal General de la República, ni titular del poder ejecutivo de alguna entidad federativa, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección; y VII.- No estar comprendido en alguna de las causas de incapacidad establecidas en el artículo 83.
LA CAMINERA. Los golpeteos al interior del gabinete presidencial aumentan, la imagen de varios aspirantes va en franca picada, el resultado de la consulta de revocación de mandato puede dar señales de alerta. En caso de que el fuego amigo termine por enredar a los aspirantes de Morena más populares y la oposición proponga un candidato de cuidado como ya se está gestando en el norte del país, López Obrador podría considerar la incursión de un militar como candidato morenista, pues a pesar de las quejas que siempre existen en contra del Ejército, es la institución mejor calificada del gobierno mexicano. Podría parecer un despropósito especular que los militares, por vía electoral, pueden regresar a Palacio Nacional, sin embargo, desde ese mismo lugar se propician las condiciones. Sea por Dios.