De Primera Mano
Detrás la intentona de remover a Dagoberto Lara Sedas de la presidencia del PRI estatal, no hay una causa relacionada con ideales o –por lo menos– con cambiar «lo viejo por lo nuevo». No. El “fondo” de la rebelión es amarrar desde ahora el botín que representan las candidaturas, las regidurías y, sobre todo, las diputaciones plurinominales en el proceso electoral de 2024.
Al frente de la intentona se encuentran María Inés de la Fuente Dagdug y Raúl Cabrera Pascacio, ex candidatos a las alcaldías de Huimanguillo y Teapa, respectivamente, quienes están promoviendo la salida del presidente del partido.
Fuentes de alto nivel aseguraron a esta columna que De la Fuente y Cabrera han convocado a cuadros priístas para exigir la renuncia de Lara, con el argumento de que debió dimitir desde junio de 2021 que se perdió la elección intermedia.
En una reciente reunión con priístas representativos, a la que acudió el exgobernador Andrés Granier Melo, este le hizo ver a los «sublevados» que el titular del comité directivo estatal ya le había manifestado que desea quedarse hasta que termine su período estatutario, por lo que dijo apoyarlo.
Una prueba de que el teapaneco, el verdadero cabecilla de la asonada, busca cargos públicos, más que “airear” al Revolucionario Institucional, se dio en los pasados comicios, donde además de contender por la alcaldía de su municipio, se quedó con una regiduría, en la que acomodó a su hermana Inay Mónica Cabrera Pascacio.
El hambre de poder se muestra con ese episodio, el cual fue repudiado en corto por la los priístas del primer círculo que conocieron la negociación de Raúl para aceptar la candidatura el pasado mes de junio.
La fórmula para sustituir al actual dirigente que propone Pascacio la encabeza él y como secretaria general iría María Inés de la Fuente, quien está aprovechando la cercanía de su esposo, el exdiputado Gerald Washington Herrera, para convencer a Andrés Granier de acudir a la Ciudad de México a plantearle a Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del CEN priísta, la «urgencia» de deponer a Lara Sedas.
¿Cuál es el fondo del pleito? De acuerdo con algunas fuentes, la huimanguillense y el teapaneco pretenden asegurar desde ahora las únicas dos diputaciones plurinominales que podría alcanzar el tricolor en 2024, pues no debe olvidarse que por una reforma enviada al Congreso por el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández, se disminuyó a la mitad el número de asientos de representación proporcional en el Congreso tabasqueño, quedando en siete, por lo que al PRI a lo sumo le podrían quedar dos lugares.
Además, a los que se sumen a su causa, Cabrera y De la Fuente les han prometido que buscarán hacerlos candidatos; el botín
incluye quedarse igualmente con las regidurías, tal como hizo el teapaneco el año pasado que puso como prestanombre a su hermana Mónica.
El hecho de que los “cabecillas” vayan por los pocos cargos de representación proporcional y las candidaturas del próximo proceso electoral le resta seriedad al “movimiento”.
En abono de la actual dirigencia estatal puede agregarse que si se permite la destitución de Dagoberto Lara por la derrota de 2021, el siguiente movimiento sería para pedir la cabeza del presidente nacional, Alejandro Moreno, en cuya corriente participa el dirigente tabasqueño.
La pregunta que muchos se hacen en la avenida 16 de Septiembre es qué posición va a tomar Andrés Granier, mientras existe la certeza de que la diputada Soraya Pérez no está apoyando a los “golpistas” de papel.